La Sala Universitaria Profesor Manuel Moldes de Belas Artes acoge desde este jueves una peculiar exposición sobre los límites entre el arte y la vida cotidiana.
"Bar-Cafetaría. Grazas pola súa visita" convierte el espacio expositivo en un lugar híbrido que rememora la antigua cafetería de la Facultade de Belas Artes como punto de encuentro e intercambio social.
"No es exactamente una cafetería, tampoco una exposición al uso", explica Sara Donoso, comisaria de la muestra y exalumna de Belas Artes, quien comparte formación con los artistas protagonistas: Alberto Ardid, Tayone y el colectivo Rapapawn, integrado por Cynthia Alfonso y Óscar Raña.
El proyecto, que podrá visitarse hasta el 30 de mayo, reconstruye simbólicamente la cafetería que en el curso 2022/2023 fue transformada en la sala O Abrigo, tras quedar desiertas las convocatorias para la adjudicación del servicio.
En las instalaciones, las obras conviven con mesas y sillas originales del antiguo establecimiento, y los visitantes podrán tomar café e infusiones o consultar libros y catálogos, convirtiéndose así en usuarios de un espacio que busca recuperar ese espíritu de socialización.
Ignacio Pérez-Jofre, coordinador de la sala y vicedecano de Cultura, destaca en el DUVI el valor de este "concepto expositivo relacional" que "incide en la necesidad de aumentar esa atmósfera de encuentro entre estudiantado y profesorado" que proporcionaba la antigua cafetería.
Según revela Donoso, el proyecto nació inicialmente "como una exposición más clásica" que reunía creaciones de cuatro egresados cuyos trabajos comparten elementos del cómic y el empleo de "objetos en desuso o que tienen otras connotaciones a nivel social". Fue durante su desarrollo cuando surgió la idea de "recrear simbólicamente la cafetería".
Entre las obras destacan las "fresh paintings" de Alberto Ardid, piezas presentadas en una vitrina de bar que aluden a la "idea de la pintura como una mercancía, como un producto listo para ser consumido".

Por su parte, Rapapawn utiliza una mesa de la cocina de la cafetería y televisores antiguos para crear una videoinstalación, además de presentar tres cuadros que formaron parte de un proyecto previo basado en un "cómic expandido".
Tayone completa el conjunto con cuadros en los que, según la comisaria, "observamos una exploración minimalista de líneas, formas, colores y capas que interactúan en una poética de solapamientos entre fondo y figura".
La exposición incluye también "Un berro por Belas Artes", un cuadro que Laxeiro donó en 1993 al alumnado en solidaridad con sus protestas por la situación de la sede provisional de la facultad, y que durante décadas presidió la cafetería.