El vicepresidente de la Deputación de Pontevedra Rafa Domínguez acaba de recibir en el Museo de Pontevedra a la artista española Marina Núñez y al portugués Manuel Casimiro y confirmó que serán dos de los participantes de la recuperada Bienal de Arte.
En su visita, ambos recorrieron de la mano de Domínguez las instalaciones del Convento de Santa Clara.
La XXXIII Bienal de Arte de Pontevedra regresa después de 15 años y tendrá lugar en la Boa Vila entre el 15 de junio y 30 de septiembre de 2025, bajo el título "Volver a ser humanos… Ante el dolor de los demás".
La Bienal atraerá artistas destacados como Francesc Torres, Farida El-Gazzar, Raida Adon, Patrice Warrener y los propios Marina Núñez y Manuel Casimiro, que fueron confirmados por Rafa Domínguez a lo largo de las últimas semanas, y otros muchos de relevancia internacional, promoviendo el intercambio cultural con propuestas artísticas innovadoras, ofreciendo un espacio para la experimentación y la creatividad, e integrando la ciudad en el evento, fomentando la participación y el disfrute del arte por parte de todo el vecindario.
Marina Núñez (Palencia, 1966) es una artista multidisciplinar española. Licenciada y doctorada en Bellas Artes, es profesora de la Universidade de Vigo. Con su obra plástica más reciente a artista invita a reflexionar sobre cómo afectan a nuestra subjetividad y a nuestra vida las cada vez más habituales interferencias entre lo humano y lo tecnológico. Su obra siempre destacó por las representaciones de ser aberrantes, diferentes, que existen al margen o en contra del canon. Los cuerpos anómalos que forman parte de sus cuadros, infografías y vídeos hablan de una identidad metamórfica, híbrida y múltiple.
Por su parte, Manuel Casimiro (Oporto, 1941) es pintor, escultor, diseñador y director de cine. Hijo del cineasta Manuel de Oliveira, en su larga trayectoria ha realizado decenas de exposiciones individuales y colectivas en varios países europeos, Estados Unidos, Brasil y China. En 1976 se trasladó a Niza, Francia, después de recibir una beca de la Fundación Calouste Gulbenkian, con el objetivo de realizar investigaciones en el campo de las artes visuales. Casimiro siempre priorizó la investigación y el desarrollo de su obra, las “cosas mentales” que mencionaba Leonardo da Vinci, en detrimento del arribismo, las tácticas y estrategias de mercado. Su obra, además de aparecer en colecciones privadas de varios países, también está presente en la colección de varios museos de todo el mundo.