Locutora de prestigio en Radio 3, ávida reportera en TVE, comentarista de Eurovisión desde hace cinco años, orgullosa madre de su pequeño Eloy y, ahora, también escritora de éxito. No hay reto personal ni profesional que se le resista a Julia Varela (Pontevedra, 1981). Lo demuestra con creces con ¿Por qué me pido un gin-tonic si no me gusta?.
Presentará la novela este jueves 25 de abril (19.30 horas) en la librería Cronopios. Allí, el público podrá conocer la historia de Olga Colmeiro, una mujer cuya rutina personal y laboral da un giro inesperado y sus treinta y pico años, que ella siempre había imaginado como un horizonte de estabilidad, comienzan a zozobrar sin saber siquiera cómo ha sucedido.
¿En qué se parece a ti Olga Colmeiro, la protagonista del libro?
La novela está muy pegada a la realidad pero tengo que decir que ella no soy yo. No es mi alter ego. Es cierto que compartimos cosas, sobre todo el trabajo. Pero no es mi alter ego, mi trasunto o como quieras llamarlo. Creo que ella es bastante más lanzada que yo. A ver, es una ficción contemporánea. Estoy en todos los personajes y, a la vez, no soy ninguno de ellos. Son un poco todas las personas que me rodean y personas que he conocido en algún momento.
Pero sí hay muchas experiencias de Julia plasmadas en Olga, ¿no?
Sí. Desde hacía tiempo quería escribir ficción y me rondaban dos ideas. La primera, reflejar historias que he conocido trabajando en la tele porque me daba cuenta que, después de una grabación o un directo, lo que comunicas en un 5% de lo que vives. El resto de lo que me trasmite la gente, lo que sientes o las historias que suceden es lo que he utilizado en la novela.
Lo segundo, quería hablar de todas las esferas que nos preocupan a los treinta y tantos. Cuando eres mujer u hombre, me da igual. Desde lo sentimental, lo familiar, lo laboral… Todo eso es verdad que está inspirado en una treintena que estoy viviendo. Ahí sí soy como Olga.
Y el título refleja perfectamente ese espíritu. Como la sociedad, a veces, te va llevando hacia terrenos que nunca te habías planteado.
"Con la novela quería hablar de todas las esferas que nos preocupan a los treinta y tantos. Cuando eres mujer u hombre, me da igual"
El título es anecdótico pero tiene que ver con eso. Con todo lo que hacemos porque es lo que se espera de nosotros en un determinado momento o lo que hacemos por inercia social, por moda o por postureo. Desde algo tan trivial como pedirte la bebida de moda o apuntarte a crossfit o cosas más relevantes como plantearte ser madre, dejar una relación o cambiar de trabajo.
Todo ello a través de tres historias que se cruzan continuamente…
Así es. Por un lado está toda la vida urbana de Olga con sus líos sentimentales y familiares, por otro todo lo laboral con esos viajes que su jefa le encarga por el rural y que quería usar como contraste y por último esa incógnita, esa historia que persigue a Olga y que, como nos pasa a veces a todos los periodistas, le termina obsesionando y la lleva al terreno personal.
Y con mucho humor, ¿no?
Hay un tono desenfadado en toda la novela. Todo el mundo escribe como es. Yo soy una persona alegre y me gusta contar y transmitir las cosas así. No podría escribir de otra manera.
¿Crees que los lectores se verán identificados con la historia de Olga?
Y con otros personajes. He intentado trazar modelos para que se sientan identificados. Mira su círculo de amigas. Hay un poco de todo para que funcione. En una historia, cuando la leemos, siempre buscamos sentirnos identificados. Le ha pasado a todos los que me rodean. Quieren sentirse reflejados en algún personaje. Les gusta sentir que han sido mi inspiración.
¿Te ha pasado, como a Olga, que tus jefes te envíen a hacer un reportaje y tú hayas pensado qué pinto yo aquí?
Eso nos pasa a todos. Tenemos jefes y te encargan cosas que no tienen nada que ver contigo, pero al final es trabajo y lo haces. Claro que me ha pasado. Que te manden a un viaje y lo único que puedas pensar por qué yo y no otras personas. Pero al final las historias que te encuentras son inesperadas y pasa en un instante de ser un marrón a acabar con un giro maravilloso.
¿Cómo es el feedback que te está llegando del libro?
Muy bueno. Tengo a mi círculo más allegado sin dormir para leerlo y me empiezan a llegar críticas de lectores a los que les gusta y se sienten identificados. Creo que genera mucha curiosidad las bambalinas de la televisión. Aunque la tele ya no es lo que era, hay infinidad de canales y la gente ya conoce cómo funciona me hacen muchas preguntas por eso.
Y sabiendo que no has parado de trabajar en la tele y tienes un hijo pequeño, ¿de dónde has sacado el tiempo para escribir este libro?
Pues he estado año y medio sin dormir. Tengo las ojeras tatuadas (se ríe). Ahora en serio, ha sido todo un ejercicio de conciliación literaria. He intentado aprovechar las noches, he hecho viajes con el ordenador a cuestas, he aprovechado las vacaciones en Galicia y he renunciado a otro tipo de ocio. La verdad es que podemos con todo si nos organizamos y priorizamos.
Hablas de Galicia, de hecho está bastante presente en el libro… y en Olga
Hay un pedazo bastante grande de Galicia en la novela, no solo porque haya un capítulo dedicado a ella. Yo creo que hay mucho del carácter gallego en la manera de contarlo y sí, también en la propia Olga, en el recelo que siente ante los cambios, en su humor, en su retranca… Es un libro bastante gallego.
No me resisto a terminar esta entrevista sin hablar de Eurovisión, tu reto profesional más inminente. Será el quinto año como comentarista…
"Creo que el triunfo en Eurovisión estará entre Holanda, Italia y Suecia... y España, por supuesto"
Me voy a convertir en un clásico… (se ríe). Son cinco años pero cada uno de ellos es un nuevo reto. Te enfrentas a uno de los mayores espectáculos televisivos del mundo y yo me implico mucho. Cada año lo descubro un poco más, lo vivo con mucha alegría. Y gracias a la gente joven, el festival está cobrando una nueva dimensión. Eurovisión pasó por una época muy mala pero creo que gracias también al fenómeno OT está ganando mucho.
¿Y cómo ves la propuesta de España y a nuestro representante, Miki?
La propuesta la veo muy típica española. Es lo que muchos países esperan de nosotros todos los años. Asocian España con fiesta, con diversión, con alegría, con liberarse de los prejuicios y La venda transmite eso. Contrasta con muchas propuestas masculina que hay este año de solista y baladas. Nosotros damos un soplo de aire fresco y divertido y la puesta en escena de este año es muy diferente a lo que hemos llevado. Va a sorprender.
¿Y además de España, qué otras canciones son las que le gustan a Julia Varela?
La verdad es que hay tres o cuatro canciones que suenan con fuerza. Yo tengo mis apuestas: Holanda, que me recuerda al último disco de James Blake; Italia, que dependerá de su puesta en escena; y Suecia, que nunca defrauda. Creo que el triunfo va a estar entre estos tres. Además de España, por supuesto.