Durante casi tres meses, Maxi Iglesias (Madrid, 1991) fue un residente más en San Vicente do Mar. Ese enclave turístico de O Grove, uno de los más conocidos de las Rías Baixas, se convirtió en una inhóspita isla llena de secretos, misterios y peligros.
Allí se grabó la primera temporada de Punto Nemo, la serie de ciencia ficción que la productora gallega Ficción Producciones rodó para Prime Video y que se estrena este viernes 28 de marzo. En ella, los espectadores veremos a un Maxi Iglesias desconocido para el gran público.
"Es un personaje que no he hecho nunca. Ni tampoco nada parecido", explica sobre Jota, el militar experto en mecánica al que, junto con sus compañeros en una expedición oceanográfica, una tormenta les arrastra a la zona más alejada de cualquier lugar habitado de la Tierra.
En la isla, una antigua base militar, todos ellos tendrán que poner a prueba sus habilidades y conocimientos para sobrevivir a todo lo que, sin ellos saberlo, les acecha desde que llegaron.
Como espectador, reconoce el actor madrileño, "no he visto nunca nada como esto" y agradece que esta serie, dirigida por Denis Rovira (La influencia) y que coprotagonizan Óscar Jaenada y Alba Flores, le haya animado a ampliar sus límites interpretativos.

Punto Nemo es, para él, "la primera vez que siento que tengo la oportunidad de trabajarlo todo", ya que el proceso para prepararse para este papel "incluyó de todo, desde composición y voz hasta mucho trabajo físico", entre ellos un exigente entrenamiento militar y el manejo de armas.
"Me parece una pasada que se hagan series así", sostiene Iglesias, que a pesar de su dureza guarda muy buenos recuerdos de un rodaje que les llevó a "sitios espectaculares" como un buque en alta mar, la zona más agreste de la isla portuguesa de Madeira o la batería militar de San Vicente.
Trabajar en sitios así "es una gozada porque ayudan mucho a contar la historia", pero reconoce que también supone una gran responsabilidad para el equipo "porque no puedes defraudar y tenemos que estar todos a una, no hay espacio para que cada uno vaya a lo suyo".
Rodar esta serie en Galicia ha sido, según Maxi Iglesias, "una aventura increíble" y el resultado más que satisfactorio. "Cuando veía las escenas que acabábamos de rodar solo me faltaban las palomitas. Era incluso mejor de lo que me imaginé cuando leí los guiones", admite el actor.
Aunque suene a cliché, los escenarios en los que han trabajado "son algo fundamental" y el clima "extremo y cambiante" que tuvieron en Galicia "ayuda a crear esa sensación de peligro constante y a mostrar la necesidad que tienen todos los personajes de salir de donde están atrapados".

Desde que este proyecto llegó a sus manos "tuve claro que quería formar parte de esto". Lo que más le atrajo era que "quisieran arriesgarse a hacer algo así", sostiene el intérprete, una serie que, a pesar de que pueda evocar a Perdidos, "toca muchas cosas y es muy novedosa".
"Tiene mucho ritmo y hay mucha acción", afirma Iglesias, que explica que como espectador se imagina viendo sus seis episodios del tirón "como si fuera una película" porque advierte que "desde el capítulo 1 hay una incertidumbre bestial" sobre lo que les pasa a sus protagonistas.
Al ser una serie tan coral, el haber convivido juntos durante casi tres meses les ha ayudado a entenderse. Al principio, les preocupaba el tono de la serie "y que nadie se fuera ni a la comedia ni al terror puro", una dinámica que "se fue colocando de forma natural" poco a poco.
Y eso que no era fácil porque a todos los actores "nos sacaron de nuestra zona de confort", algo que para ellos "fue muy enriquecedor" y les obligó a dar lo mejor de sí. Eso, según Jota en Punto Nemo, ha contribuido a que la serie, a pesar de su trama fantástica, "sea tan real y tan seria".

"Creo que todos hemos hecho un trabajo muy firme. Teníamos claro qué personajes teníamos y lo que necesitaban. Eso es muy bonito", destaca el actor madrileño, que tampoco se olvida de mencionar el "extraordinario" trabajo de todo el equipo técnico de la serie.
Maxi Iglesias subraya que tiene "clarísimo", desde que empezó a ver imágenes de lo que estaban grabando que esta serie "era algo diferente, una posibilidad de distinguirnos" en un mercado cada vez más competitivo y en donde las plataformas tratan de buscar éxitos globales.
Para él, Punto Nemo puede ser un punto de inflexión en una ficción española que ya se ha sacudido todos los complejos. "Si aquí tuviéramos los medios que hay en otros sitios, haríamos auténticas virguerías. Sería algo apabullante", sentencia el actor.