Xaquín Soneira forma parte desde este jueves de la lista de Artista Marinenses, un compendio de artistas relevantes de la villa a los que el Concello quiere reconocer su trayectoria artística.
Esta tarde fue inaugurada la muestra de Soneira en el Museo Torres a cargo de la alcaldesa, María Ramallo, acompañada de otros representantes municipales y del comisario de la exposición, Antón Sobral. A todas las personas que se acercaron, se le regalaron además unos catálogos con una representación de la obra del artista y con textos de su sobrina, Begoña Soneira.
Ramón Francisco Soneira, más conocido como Xaquín Soneira, nació en Marín el 5 de febrero de 1953. Hijo de Juan Soneira y Manuela Patiño, Xaquín se crió con sus otros cuatro hermanos en su casa de la Rúa da Roda. De su padre, un maestro represaliado durante el franquismo, Xaquín y sus hermanos heredaron cualidades artísticas que más adelante desarrollarían tanto él, como dos de sus hermanos.
Enseguida descubrió que su vida discurriría de la mano de la creación, siendo su primera exposición en la alameda de Marín a mediados de los años setenta.
No se puede entender la obra de este destacado marinense sin hacer referencia a su lugar de nacimiento. Marín lo vio nacer y lo despidió, y allí descansa, en el cementerio de A Raña, a los pies de sus padres, junto a sus familiares. Xaquín tuvo desde siempre claro que Marín era el ancla de su nave de colores, de sus personajes, de sus formas abstractas y de sus musas.
Habitaba sus calles, por las que paseaba a diario, y su figura era parte del paisaje de la villa. Desde sus inicios, Xaquín tuvo una estrecha relación con el Ateneo Santa Cecilia, vínculo que heredó de su padre Juan, que frecuentaba aquel lugar donde coincidía con su amigo artista y también maestro Manuel Torres, ambos amantes de la acuarela, entre otras técnicas artísticas.
Xaquín fue un pintor autodidacta que peregrinó por distintas técnicas artísticas, entre las que cabrían destacar sus óleos de finales de los años 80 y años 90. Admirador de Miró o Picasso, Soneira abrazó además otros formatos como la acuarela, los acrílicos, la pintura pastel, la talla y la escultura en madera. Utilizó diversos soportes como el lienzo, papel, cartulina o tabla. El denominador común de su obra es la fuerza de sus composiciones, dominadas por la abstracción y el color.