El XXI Memorial Ricardo Portela fue en la noche de este sábado el grande protagonista del primero fin de semana de Festas de Verán en Pontevedra. La cita demostró que los pontevedreses tenían ya ganas de actividades culturales y festivas después de meses de confinamiento y llenaron los huecos disponibles para asistir a la clausura de esta cita musical, que se realizó entre intensas medidas de seguridad.
En este particular Memorial Ricardo Portela, que mantuvo su esencia, pero cambió el formato, se rindió homenaje al papel importante de la mujer gallega en la conservación de la música tradicional, parte fundamental del Patrimonio inmaterial gallego, en la figura de Felicia Insuela.
La celebración empezó ya por la mañana, con pasacalles a cargo de Cántigas e Frores, Carme López e Sandra Pérez, Contracocheno, Picuíña y Os Xirifeiros, que regresaron por la tarde.
Ya por la noche, a partir de las 21.00 horas, la plaza de la Ferrería fue el epicentro de la celebración, con el homenaje a Felicia Insuela y el concierto de los Meliados. Debido a la situación de alerta sanitaria por la pandemia del coronavirus, el público estuvo sentado y el espacio tuvo aforo limitado.
En el paseo de Antonio Odriozola estaba instalada desde el viernes a Muestra de Artesanos, de manera que el ambiente ya estuvo muy animado toda la jornada. Ya por el noche, la entrada al recinto abrió una hora antes para que el público pudiese ir accediendo con tranquilidad, sin aglomeraciones y garantizando las medidas higiénico-sanitarias marcadas.
Para acceder había una única entrada y la obligación de pasar, primero, por una alfombra húmeda (con productos desinfectantes) y por una alfombra seca, además de limpiar las manos con hidrogel.
El Memorial, uno de los programas clásicos de la oferta festiva y de ocio de verano de Pontevedra, rinde cada año un homenaje a una persona vinculada al mundo de la música tradicional. En esta ocasión fue Felicia Insuela, una de las últimas 'cantareiras' de tradición oral.
Felicia ayudó a fundar la Asociación Cultural de Paredes y disfrutó transmitiendo su saber, siempre dispuesta a enseñar y a aprender. Colaboró en diferentes programas de la televisión gallega, actuó con diferentes grupos y con los ochenta años bien pasados no dejó de acudir los sábados a las reuniones musicales celebradas por toda Galicia.
El carácter humorístico y la ironía formaban parte de sus interpretaciones, en las que jugaban un papel muy importante los movimientos escénicos. Después de un año de ausencia, este recuerdo se une a los homenajes que recibió en vida.