El colegio Carballal de Marín, Premio del Público del Salón del Libro

Pontevedra
24 de abril 2015

La Escuela Infantil A Parda consiguió el segundo puesto y, empatados en el tercero, el CEIP Froebel y el Manuel Cordo Boullosa de Ponte Caldelas

Orbil con el trabajo ganador Pazo da Cultura

Una vez realizado el recuento de los 2.160 votos recibidos a lo largo de las cuatro semanas que duró el XVI Salón del Libro "Da ciencia á ficción", el Premio del Público por segundo año consecutivo fue para el CEIP Carballal.

O "Traballius" del centro de educación infantil y primaria de Marín, representaba la Isla de Tambo y los fondos marinos cargados de fantasía, inspirándose en la obra de Julio Verne y aportando un libro de cuentos titulado "La isla de los experimentos".

En segundo lugar, con 177 votos, el llamativo y original trabajo presentado por la Escuela Infantil A Parda: un xilófono hecho con botellas de vidrio y líquidos de colores con el nombre de "El sonido de A Parda". Gracias a su participación en la actividad "Amasando cuentos" conocemos como fue todo el proceso de elaboración con los niños de 2-3 años.

Empate para el tercer puesto para el CEIP Froebel de Pontevedra y el Cordo Boullosa de Ponte Caldelas, ambos con 120 votos. El primero presentó "Relatos de viajes al centro de la tierra", un libro con un encuadernado muy especial en un volumen con forma de volcán. El CEIP Manuel Cordo Boullosa, que ya el pasado año había quedado entre los finalistas, sorprendió en esta ocasión con "Nuestro universo particular": Un trabajo con sorpresa en el que el soporte exterior, con cuentos colgados, acogía una preciosa galáxia llena de planetas y estrellas.

A poca distancia del tercer lugar quedaron el CEIP A Xunqueira 1 con sus cuentos y el Santiago Apóstol de Soutomaior con 114 y 108 respectivamente.

El público visitante del Salón a lo largo de las cuatro semanas de duración, no dejó, como era previsible, ninguno de los 40 trabajos sin votos.

Todos y cada uno, llegados, no sólo de nuestra ciudad (Vilanova, Cangas, Vigo, Ponte Caldelas, Rianxo, etc) reflejaban las horas, el esfuerzo de profesores y niños y sobre todo, el cariño con el que estaban hechos.

Un cometido que la organización agradece cada edición y sin el que el Salón del Libro no tendría razón de ser.