Carmen Machi, con 'Celeste' en Pontevedra: "Hacer comedia a base de chistes me interesa bastante poco"

Pontevedra
27 de diciembre 2024

En 'Celeste', la serie que ha presentado en Pontevedra de la mano de los Premios Feroz, Carmen Machi interpreta a una inspectora de Hacienda que investiga a una estrella internacional de la música

Carmen Machi, en Pontevedra con los Premios Feroz Mónica Patxot

Hay pocas personas que, a estas alturas, no sepan quien es Carmen Machi (Madrid, 1963). Lleva más de cuatro décadas paseando su talento por teatro, cine y televisión. En todos ellos, con gran éxito. Muchos la siguen recordando, eso sí, por su trabajo en Siete vidas y Aída.

A Pontevedra ha llegado, de la mano de los Premios Feroz, con su último trabajo para la pequeña pantalla. En Celeste, producida por 100 Balas (The Mediapro Studio) para Movistar Plus, interpreta a una inspectora de Hacienda que investiga a una estrella internacional de la música.

"He gozado muchísimo haciendo esta serie", explica en esta entrevista con PontevedraViva. Hablamos con ella sobre este trabajo, por el que ha sido nominada al Feroz a la mejor actriz protagonista en comedia y que ha presentado este jueves en el Pazo da Cultura.

Llegas a Pontevedra días después de que te hayan concedido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Todo un honor, ¿no?

Cuando me llamó el ministro de Cultura en persona para darme la noticia tardé un poco en encajarla. Hay algo muy bonito en este tipo de reconocimientos. Ese honor lo comparto con gente a la que admiro. Que por dedicarme a lo que me gusta te reconozcan así, es de agradecer.

Y qué importante que estos reconocimientos a una trayectoria sean en vida. Lo digo porque en este país somos mucho de acordarnos de la gente cuando ya no están...

Es verdad. Yo creo que cada vez se está haciendo más. Cuando te ocurre algo así, te da tiempo a echar la vista atrás y a mirar hacia adelante. Pedir que, por favor, no me despidan ya (se ríe). Te queda tiempo para sentir que, si ya tenías un compromiso muy importante con tu trabajo, parece que ahora lo tienes todavía más. Es un aliciente extraordinario.

Despedir no creo que te despidan, porque llevas unos años muy intensos de trabajo. Cine, televisión, teatro... no has parado. Y eso no es fácil.

Desde que empecé a trabajar con 17 años siempre he tenido continuidad. Es verdad que he trabajado en las tres disciplinas con lo cual tenía un abanico de posibilidades más grande. Eso puede que haya hecho que haya tenido más oportunidades en mi carrera.

Hasta ahora no he tenido esa sensación tan angustiosa de no saber qué va a pasar. Pero puedo entender qué supone. Es una profesión que, más allá de que puedas comer, pagar el piso y llevar una vida, es una necesidad del alma. Va más allá de ganar dinero. A mí aún me cuesta creer que hacer esto me lo paguen. Siento un amor inevitable por esto.

Y, de entrada, para 2025 tienes cuatro películas y una serie... ¿cómo haces, siendo un trabajo tan creativo, para que tus personajes no se entrecrucen?

Ser actor tiene un poco que ver con eso, tener la capacidad de entrar y salir del personaje cuando se requiere. Siempre he trabajado con mucha intensidad y cuanto más diferentes son los personajes entre sí, más fácil es vestirte de ellos.

Yo he llegado a hacer tres distintos en un mismo día. Si le quitas importancia, todo fluye mejor. Es importante darle el sitio justo en ti a cada personaje, no dejar que te invadan en exceso. Ahí sí ya es más complicado sacarlo y entregarte a otro.

Carmen Machi, en Pontevedra con los Premios FerozMónica Patxot

Celeste es la serie que has venido a presentar a Pontevedra con los Premios Feroz. ¿Qué te aportado este proyecto?

Mucha felicidad. Lo he gozado muchísimo. Cuando tienes un material tan interesante como este y una cabeza privilegiada como la de Diego San José te regala algo así, es más fácil. Créeme, todo ha sido bueno. La directora, Elena Trapé, ha sabido guiar de manera magnífica el tono de la serie y los compañeros de viaje que he tenido han sido exquisitos. Y eso no siempre pasa.

¿Qué pensaste cuando Diego San José te llamó para decirte que quería que interpretaras a una inspectora de Hacienda?

Puede que sonriera o incluso que hubiera una carcajada. Pero sin que me dijera nada le dije que sí. Compartimos el éxito de Ocho apellidos vascos y soy muy fan de su trabajo. Sé lo que hay en esa cabeza. Lo que más me fascinó es que no estábamos hablando de una comedia.

Me hizo gracia pensar desde dónde lo iba a tratar porque sabía que no se iba a reír de eso. La primera sensación fue pensar '¡qué suerte tengo!'. No tenía ni idea de qué iba a pasar ni cómo iba a ser. Solo tenía que esperar a que me llegaran los guiones.

¿Sueles aceptar proyectos tan rápido?

Normalmente digo que sí a un proyecto después de haber leído el guion, porque a veces no se parecen en nada a lo que te habían contado o a lo que tú te habías imaginado. En este caso, me daba igual. Me iba mandando material y cada vez me flipaba más.

Y lograste que el público empatizara con un personaje así... casi nada.

Cuando empecé a leer lo que contaban los guiones me entró una tristeza increíble con ella. Pensé si realmente era posible que una mujer así hubiese tenido una vida poco social y un mundo tan reducido que cuando se jubila no sabe qué hacer. Ni tiene amigas. Por dedicarse a eso.

Diego estaba muy documentado y muy asesorado. Tuvo varios encuentros con inspectores. Llegaron a leer los guiones y decían que estaban encantados. A mí me sorprendía porque los definían todo el rato como 'gente gris' (se ríe). Estaban felices de tener protagonismo.

Tan gris que hasta el nombre de la serie, Celeste, es el nombre de la investigada.

Exacto. Lo dice Sara -su personaje- en algún momento: "Veo cada vida... a mí no me pasan esas cosas". Ve las vidas de los demás a través de sus facturas. Y que su vida sea eso, que sea feliz dependiendo de si gana el caso, que suele tener que ver con que jode la vida a otro es tremendo.

En un momento de su vida en el que empieza una etapa nueva, piensa en si ha merecido la pena. Al final, es una mujer que carga con muchas decepciones. Hace una investigación fiscal y una investigación personal y en las dos le ocurre lo mismo, la decepción y la traición más absoluta.

Es algo que comparten las dos protagonistas, ¿no?

Te das cuenta de que una es brillo y color, la otra todos los colores grises. Pero, al final de cuentas, son dos mujeres que tienen puntos en común y que se encuentran en momentos muy diferentes de su vida. A mí que contara eso era, sobre todo, lo que emocionaba muchísimo.

Carmen Machi, en Pontevedra con los Premios FerozMónica Patxot

Y sin embargo estamos ante una serie catalogada como comedia. ¿Es más difícil hacer comedia a través de los chistes o basarla en episodios cotidianos de la vida?

Yo tengo un respeto infinito por la comedia. Es un género muy complejo y que requiere mucho rigor. A mí me gusta que, aparte de hacerte reír, ocurra algo. Hacer comedia a base de chistes me interesa bastante poco. Eso es otra cosa. Yo creo que lo que tiene la serie es humor. Todos sabemos que en los momentos más duros de la vida, a veces te da la risa.

Cuando me llaman para hacer una comedia, me hecho a temblar. Empiezas a leer y dices: "pero qué obsesión con hacer reír de antemano". Yo me crié con Aída y, sobre todo, con Siete vidas que era una serie con un humor real e inteligente. Siempre contando algo pegado a la actualidad. Esa es mi escuela en la comedia. A mí eso me interesa. Es más estimulante.

Y cuidado, que hacer chistes es muy difícil. No es nada fácil. Hay gente muy buena en eso y que está haciendo comedia pura. Yo lo respeto absolutamente, pero yo prefiero que me digas algo muy gordo a través del humor y que lo claves. Pero para eso se requiere una técnica muy grande.

Después de Aída decidiste aparcar la televisión por un tiempo, pero has vuelto con series como Arde Madrid, 30 monedas, La Mesías o, ahora, Celeste. Todas tienen en común que son series de pocos episodios. ¿Estás más cómoda con este formato?

Es que no es televisión. Realmente, es cine. De hecho, yo no he hecho televisión al uso. Siete vidas o Aída estaban más cerca del teatro televisado. No tiene nada que ver con las horas de rodaje para una serie. Yo no sé si aguantaría tantos meses. Pero sí, todo ha cambiado. Antes firmabas sí o sí por tres temporadas. Ahora rezas para que digan que habrá una segunda.

¿Los actores ahora os fijáis más en el proyecto en sí que en la pantalla que se vaya a emitir?

Por supuesto. Sí es verdad que, dependiendo de la plataforma, se trabaja de una manera u otra. En Movistar Plus, por ejemplo, hay más libertad para el creador. Hace que sea diferente. Hay autoría y cuando eso lo sientes, a mí me da igual qué medio sea. Tanto trabajando como espectadora estoy viendo cosas muy interesantes. La línea es el riesgo.

Diego San José, Carmen Machi y Clara Sans presentan 'Celeste' en PontevedraConcello de Pontevedra

De hecho, la hornada de películas y de series que hay este año es impresionante. ¿no crees?

El nivel de exigencia está muy alto. Y eso mola mucho. Yo estoy fascinada con el nivel. Me arrodillo ante el trabajo de todos los compañeros. La línea que separaba el cine y la televisión ya es prácticamente invisible. Estamos viviendo un momento maravilloso.

Hablabas antes de Aída. Uno de tus proyectos para 2025 será la película de Paco León con la que retomaréis los personajes de la serie. ¿Cómo ha sido ese reencuentro?

Estamos muy ilusionados. Va a ser algo muy especial. No será exactamente lo que el público puede imaginar. No sé si mejor pero, al menos, es algo que va más allá. Será algo muy particular y muy maduro. Si todo va bien, empezamos a rodar en marzo.

No es habitual que, después de una serie de tanto éxito, sean sus protagonistas los que propongan volver. Normalmente suelen pedirlo las cadenas o las productoras.

Es verdad. Fue además una cosa mía. La gente se quedará muy loca porque dirán "¿tú no tenías odio a la serie?". No sé de dónde sale semejante barbaridad. Yo nunca he dicho eso. Es tal el amor que la gente sigue sintiendo hacia Aída que, después de tantos años, quisimos juntarnos y darles las gracias así. Ese fue el motivo. No lo hicimos por necesidad.

Además, es arriesgado. Yo no tengo ni idea de cómo se hace Aída ahora mismo. Estamos en otra época. En mi caso, yo dejé la serie en 2008. Ha pasado muchísimo tiempo. Pero todos estábamos de acuerdo y teníamos ganas. Eso sí, aún está todo un poco en el aire.

Sea como sea, antes todavía hay que exprimir Celeste un poco más. ¿Qué supone para el equipo de la serie venir a una ciudad como Pontevedra, alejada de los grandes circuitos comerciales, para presentarla y entablar un contacto más directo con el público?

Es maravilloso. Hay que agradecer mucho a Pontevedra por darle una visibilidad enorme a Los Feroz. Es una manera de apostar por el arte y darle visibilidad. Es un escaparate magnífico. Y es muy chulo porque no dejas de asombrarte de lo que ve y lo que opina la gente sobre lo que has hecho. Es algo que me emociona un montón.