El Museo de Pontevedra ofrece este domingo en sus redes sociales una imagen de una botella de agua mineral del Balneario del Lérez, que se conserva en la institución provincial, que depende de la Deputación de Pontevedra.
La fama del agua embotellada procedente del Lérez obtuvo fama por Europa y América gracias a la iniciativa del gallego Casimiro Gómez, un hombre nacido en Viascón y que a los quince años emigró a Argentina. A su vuelta de Buenos Aires, tras haber ganado una fortuna, compró una finca de setenta hectáreas en Monte Porreiro a la que denominó 'Villa Buenos Aires' en la que cultivo árboles frutales, viñedos y creó un espacio para la cría de ganado.
Pero su gran proyecto fue la creación del Balneario del Lérez con el objetivo de rentabilizar las propiedades terapéuticas de las aguas de los manantiales minero-medicinales. En 1907 lograba el título de 'Proveedor de la Casa Real', tal y como se refleja en la única etiqueta que se conserva. En el tapón de la botella que se guarda en el Museo se lee 'Aguas minero-medicinales de Lérez', bajo un sello con protección metálica en papel metalizado en plateado. Estas aguas lograron éxito en diferentes exposiciones internacionales y una importante distribución en el mercado argentino, gracias a una inteligente campaña publicitaria.
El Balneario creado en 1906 era un centro de encuentro entre políticos como el marqués de Riestra, Montero Ríos, el ministro Canalejas o lugar de visita para la infanta Elena de Borbón y Borbón, en el año 1914. Con la guerra civil, las instalaciones quedaron parcialmente destruidas. Hoy se conservan las ruinas.