El día en que Pep Guardiola pudo haber sido entrenador del Pontevedra
Por Ramiro Espiño
Está de moda. Tras el 4-0 del Manchester City al Real Madrid y la exhibición futbolística de su equipo, pocos son los que aún dudan de Pep Guardiola, mientras la inmensa mayoría del mundo del fútbol apunta al técnico de Santpedor como un genio y quizás uno de los más influyentes y mejores entrenadores de la historia.
Pero lo que quizás muy pocas personas sepan es que la carrera como entrenador de Pep Guardiola estuvo en un tris de comenzar en Pontevedra y en el Pontevedra CF. Rumores ha habido en la ciudad del Lérez al respecto, pero nunca confirmados por testigos directos. Hasta ahora, en que contaremos con detalle lo sucedido entonces y las causas por las que finalmente la oferta, tentadora en aquel momento, fue rechazada por el técnico catalán.
Corría la temporada 2006/2007. El Pontevedra, presidido por Nino Mirón, tenía en el banquillo a Alberto Argibay. El "idilio" inicial entre presidente y entrenador se había ido rompiendo a raíz de la dolorosa eliminación frente al Sevilla B (2005/2006) y un titubeante comienzo ligero en la campaña posterior, en la que se alternaban rachas ilusionantes con otras que despertaban serias dudas de que se pudiese conseguir el objetivo de regresar a la categoría de plata.
Además de ello, el club granate, que había reunido una plantilla de lujo, había descubierto una "perla" en un jovencísimo jugador de Portonovo, Fran Rico, que apuntaba alto, pero al que la terquedad de Argibay relegaba a minutos residuales (y a veces ni eso), haciendo caso omiso al clamor popular y directivo que pedía su titularidad.
Así, tras caer por la mínima frente al Rayo Vallecano, máximo rival por el título, en Vallecas, Argibay salvó el cargo con una racha de cinco victorias consecutivas, que le habían devuelto el liderato con un punto de ventaja sobre el Rayo, pero con altibajos preocupantes en el juego. Y vino un nuevo bache. Empate en Pasarón ante el Talavera, derrota en Fuenlabrada, victoria agónica sobre el Leganés en casa, otra derrota en la visita al Atlético de Madrid B y empate en Pasarón frente al Celta B, éstos dos últimos en posiciones de descenso, que llevaron a los granates a ceder el liderato quedando a cinco puntos del Rayo Vallecano.
Ese empate frente al Celta B hizo que Nino Mirón dijese basta y tomase la decisión: Argibay debía ser cesado. Era el 4 de marzo de 2007. Al finalizar el partido, Mirón y un grupo muy reducido de personas de su confianza, se dirigieron al Restaurante La Casa de las 5 Puertas, en Pontevedra. Allí, en su reservado, se barajaron nombres de posibles candidatos al banquillo. Y se puso sobre la mesa el de Pep Guardiola.
Se quería apostar por un técnico con un pasado brillante como jugador, aunque no dispusiese de experiencia en los banquillos. Guardiola había finalizado unos meses antes su etapa como jugador en activo, con un breve periplo en México, tras el cual había regresado a Madrid, donde completó y obtuvo el título de entrenador.
El contacto telefónico se realizó esa misma noche, con la mediación del exjugador del Celta y Barcelona, Quique Costas, que por entonces dirigía la cantera azulgrana y que le habló maravillas a Guardiola de la ciudad del Lérez y del club granate. Al de Santpedor le gustó la propuesta, pero pidió una hora para consultar con la familia. Debían realizar un nuevo traslado, con el colegio de los niños ya empezado en Barcelona, y eso inclinó la balanza hacia el no. Dio las gracias por el ofrecimiento, pero lo rechazó y en el mes de junio de 2007 era presentado como técnico del filial del Barcelona, que estaba en Tercera división y al que ascendería. El resto, es historia.
Esa misma noche, se siguió buscando opciones para los granates. Cerca de la media noche saltaba el nombre de otro ilustre, Luis Milla, con la mediación de un histórico granate como José Ramón Fuertes, entonces en el cuerpo técnico del Valencia. Tampoco pudo ser, pues tenía un compromiso para la temporada siguiente. Eso salvó el puesto de Argibay esa noche e impidió al Pontevedra haber tenido en sus filas a un entrenador de leyenda.
No vino Guardiola, tampoco Luis Milla. El triunfo apurado frente al colista Racing de Santander B, lejos de apaciguar los ánimos, convenció más a los dirigentes y aficionados de que Argibay estaba amortizado. Durante la semana todo apuntaba a que, por fin, el técnico daría la titularidad por vez primera a Fran Rico en el siguiente partido en Lanzarote (18 de marzo de 2007), pero en las Islas Canarias, Argibay siguió empecinado y sorprendió dejando nuevamente a la "perla de Caneliñas" en el banquillo y sacándole cuando tras comenzar ganando (gol de Charles), el cuadro canario (también en puestos de descenso), había remontado poniéndose 3-1.
Ese cambio, realizado en el minuto 88, provocó un cabreo monumental de Nino Mirón y de la inmensa mayoría de la afición, que lo tomaron como un reto chulesco, y al regreso a Pontevedra el cese se consumó, y con él la llegada de Javi Gracia al banquillo, quien se encargaría de confiar la titularidad, por fin, a un Fran Rico que cada jornada demostraría su calidad, logrando el primer puesto al final de liga, con seis puntos de ventaja sobre el Rayo, aunque tampoco en esta ocasión se consiguiese el objetivo final del ascenso.
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