El Pabellón Municipal de los Deportes de Pontevedra se vistió este sábado de gala para vivir una auténtica fiesta del balonmano pontevedrés y gallego, con el derbi que enfrentaba al Club Cisne Balonmano y al Balonmán Cangas en la Liga Asobal.
Era un duelo vital para ambos en la lucha por la permanencia en la máxima categoría, pero por encima de todo era una jornada de celebración, y así se vivió en las gradas con un ambiente espectacular gracias a los aficionados locales y también a la amplia representación visitante que daba color a la bancada superior del Municipal. No faltó de nada, desde un tifo con el lema "orgullosos dos nosos" hasta el canto de un himno gallego que ponía la piel de gallina.
Con esa emotividad empezaba el duelo, y como buen derbi lo hizo con un ritmo eléctrico. El equipo más necesitado, el Cisne, salió vencedor de ese intercambio y tomó la iniciativa desde el inicio.Golpeó primero, y aunque el Cangas neutralizó inicialmente este empuje (3-3) se vio arrollado después hasta un 7-3 que obligaba a Nacho Moyano a pedir tiempo muerto para los visitantes cuando se llegaba al minuto 9 de juego. No sólo la efectividad en ataque era notable en los pontevedreses, sino que también Kilian colaboraba en ese momento desde la portería con un 50% de acierto (3/6).
La brecha llegó a ser de cinco goles en varias ocasiones hasta el tanto de Cavalcanti cerca del minuto 20 que ponía el 12-7 en el marcador. Empezaron en ese momento a aparecer algunas imprecisiones en el ataque local, y el Cangas no lo desaprovechó para meterse en el partido. Coincidiendo además con una exclusión de Mateo Arias los de Javier Márquez se desconectaron unos minutos y el parcial se fue hasta el 0-5 para empatar el marcador.
El mal momento llegó a su final en una penetración de Cavalcanti forzando un siete metros y la segunda exclusión del defensor Alberto Martín. Chan devolvía desde el punto de penalti la iniciativa al Cisne, ventaja que pudo llegar a ser de +3 antes del descanso, pero un paradón de Javi Díaz a bocajarro en una contra cisneísta dio vida a su equipo llegando al intermedio con un apretado 16-15 con un tanto de Bruno casi sobre el tiempo.
Todo apuntaba a que tras el paso por los vestuarios podía empezar un encuentro totalmente nuevo, sobre todo tras el gol de Mario Dorado nada más reanudarse el choque (16-16). Sin embargo el Cisne seguía mucho más metido que su rival, intenso especialmente para complicar desde la defensa y portería. Así, con un rápido parcial de 3-0 con tantos de Carlos Álvarez, Chan y Pombo avisado de pasivo recuperaban el paso, y ni siquiera unos segundos en doble inferioridad le impedían seguir sumando para recuperar el +5 que obligaba al banquillo de Cangas a parar el juego (23-18, minuto 39).
Llegó incluso el conjunto pontevedrés a colocar una ventaja máxima de 6 tantos, que no era intrascendente porque suponía recuperar el diferencial de goles entre ambos equipos que parecía perdido tras el partido de ida en O Gatañal (no lo lograría al final).
Había tiempo, pero esta vez los de Javier Márquez no se desconectaron en ningún momento y mantuvieron la intensidad para controlar su ventaja hasta el 33-31 final y llevarse dos puntos vitales, que le permiten agarrarse todavía a sus opciones de permanencia en la Liga Asobal. Sigue siendo muy difcíl, pero a 4 puntos de distancia hay vida.
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