Benidorm, Ademar León y Cuenca, por partida doble, son víctimas de un Cisne que este año suma más victorias contra equipos de la mitad superior de la tabla que contra sus rivales directos por la permanencia. La última tuvo lugar el pasado fin de semana en el Municipal frente al equipo manchego, tercero en la clasificación.
Este viernes a las 21.30 horas, los blancos visitan a un conjunto de la zona intermedia, un Huesca que precisa un triunfo que lo aleje de los puestos de playoff de descenso, del que se encuentran a solo tres puntos, y lo meta en la lucha por entrar la próxima temporada en competiciones europeas.
Más urgencias presenta el cuadro pontevedrés. La victoria del pasado fin de semana permitió a los blancos abandonar el farolillo rojo. Sin embargo, siguen en puestos de descenso con la salvación, que marca el Frigoríficos do Morrazo, a cuatro puntos.
Sin embargo, soplan aires de optimismo en el vestuario blanco. Los buenos resultados de los últimos partidos, unidos a la recuperación física de jugadores diferenciales como Cavalcanti o Dedu Calin han disparado la esperanza en la hinchada blanca, que sueña con la permanencia.
Un nuevo paso sería vencer en Huesca, pero en la casa blanca son conscientes de la dificultad del reto. De los últimos cinco partidos, los oscenses solo perdieron contra el todopoderoso Barcelona. Sin embargo, a lo largo de la temporada no han destacado por su fortaleza como locales, pues solo han ganado tres partidos ante su público. Cedieron seis derrotas y cosecharon dos empates.