Era un reto casi imposible. El Cisne lo intentó pero no tuvo opción de obrar el milagro. Los blancos cayeron con claridad ante el Granollers, segundo clasificado, en un partido en el que en ningún momento fue por delante en el marcador pero que tampoco lo dio por perdido hasta los minutos finales en los que se disparó la ventaja de los catalanes.
Como era de esperar, la defensa del Cisne sufrió con los ataques del Granollers, que penalizó más a los pontevedreses con jugadas elaboradas que en las temidas transiciones. Y de no ser por algunas intervenciones de Kilian Ramírez, el partido habría quedado sentenciado mucho antes.
Por el contrario, en ataque los de Javi Márquez tampoco estuvieron finos y se estrellaron varias veces contra los palos de la portería rival, ante la que también desperdiciaron varios lanzamientos de 7 metros.
Comenzó el partido cuesta arriba para los intereses lerezanos, que vieron como el Granolleros protagonizaba un inicio arrollador con un parcial de 5-0 del que ya iba a ser imposible sobreponerse.
Pidió tiempo muerto Márquez y el Cisne reaccionó para reducir unas distancias que iban a volver a dispararse pasado el ecuador del primer tiempo cuando los locales se fueron hasta los 8 tantos (14-6) obligando al técnico local a agotar sus tiempos muertos en el primer tiempo.
Tras el paso por vestuarios, los pontevedreses salieron decididos a pelear por el partido. Dos paradas de Kilian las aprovechó Carlos Álvarez para reducir diferencias en sendos contragolpes que acercaron al Granollers hasta los cinco puntos.
El tiempo muerto que pidió el entrenador local sirvió para poner las pilas a sus jugadores, que volvieron a apretar el acelerados para sentenciar el choque yéndose hasta los diez tantos de diferencia. Una desventaja que hizo bajar los brazos a los cisneístas, que vieron como en los minutos finales el Granollers les pasaba por encima.
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