Un día después de su toma de contacto, Juan Señor ya está metido de lleno en el día a día del Pontevedra. Con el mono de trabajo puesto, el histórico futbolista de la Selección dirigió este miércoles al primer equipo granate en una sesión matinal, está otra prevista por la tarde, en la que trató de motivar y reforzar la confianza del colectivo a través de mensajes de ánimo y ejercicios de finalización sin oposición.
Pasadas las 10.30 horas de este miércoles desembarcó el equipo granate en su lugar habitual de entrenamiento. Vestido con la equipación de entrenamientos de la entidad granate y unas zapatillas deportivas blancas, Juan Señor correteaba por el campo conduciendo un balón recordando sus tiempos de jefe de máquinas del Zaragoza mientras el preparador físico dirigía el calentamiento del grupo.
Dani Vilas sigue siendo el encargado de la preparación física del equipo, Álex Salgado parece que será su mano derecha y Moncho se mantiene al frente del entrenamiento específico de los porteros. Un cuerpo técnico que ha perdido una pieza desde la marcha de Otero y de su ayudante Joni. Sin embargo, no es descartable que el equipo de trabajo de Señor se incremente en las próximas horas.
Entre charlas con sus ayudantes y algún mensaje de ánimo a los futbolistas, poco a poco Señor fue tomando la voz cantante de la sesión. Dividido el bloque en dos grupos, el héroe de la goleada de España a Malta explicó primero a un once y luego al otro cuál es su idea de juego en un ejercicio de posicionamiento y presión adelantada.
Después llegó la hora de aumentar la intensidad del trabajo con una tarea de finalización sin oposición. Un ejercicio básico para que el futbolista recupere la confianza de cara a la meta contraria. Y fue aquí cuando Señor se vio en su salsa. "Esto lo vais a sacar adelante", "cómo la movéis" o "sois muy buenos" eran algunos de los mensajes que gritaba el técnico a los suyos mientras los perseguía por el centro del campo tratando de ejercer como el único jugador rival.
Tampoco se cansó de repetir Señor su total disponibilidad con toda la plantilla, a cuyos integrantes les dijo en más de una ocasión que estará dispuesto a atenderlos sobre cualquier asunto a cualquir hora del día. Toda una muestra de implicación, que será la base de un equipo que se niega a tirar la toalla. Ahora solo queda demostrarlo en el campo.