A punto de cumplir los 19 años (lo hará el 26 de diciembre), Miguel Román ha dejado de ser una de las revelaciones de la temporada en el Pontevedra Club de Fútbol para convertirse en toda una realidad.
Desde su entrada en el equipo como titular en Luanco acumula 9 encuentros consecutivos en el once inicial, con actuaciones destacadas que le han llevado a ser reconocido este jueves con el Premio Estrella Galicia al mejor jugador granate del mes de noviembre.
"Estoy teniendo minutos, estoy jugando titular... Es algo con lo que no podía soñar, no tengo ninguna queja", asegura el centrocampista de Gondomar, que con el paso de las jornadas va mejorando incluso sus prestaciones.
"El primer partido con el Marino jugaba a dos toques, sin complicarme la vida, y ahora que tengo un poco más de confianza intento soltarme más y jugar más hacia adelante, intentar saltar una línea de pase, hacer una pared...", explica sobre su rol en el equipo pontevedrés revelando que el entrenador, Ángel Rodríguez, le pide "que primero vea por mis espaldas y defensivamente y si nos encontramos bien ahí puedo ya ofrecer ofensivamente".
Su explosión en la Segunda RFEF en el puesto de pivote defensivo, en una plaza tan complicada como la de Pasarón, ha hecho que muchos hayan girado sus ojos hacia Román, que el pasado curso todavía competía con el Choco en la División de Honor Juvenil. Sin embargo, con contrato asegurado la próxima campaña con los granates prefiere centrarse en el día a día, sin mirar más allá. Así lo ha asegurado en declaraciones a PontevedraViva: "Yo vivo el presente, lo que tenga que venir después que venga. De momento estoy muy contento aquí, tengo un contrato de dos años y no tengo en mente cambiar de sitio".
Mientras tanto se muestra agradecido al apoyo recibido del club y también de una afición que "desde el primer día que llegué que casi nadie me conocía ya me estaba apoyando". Todo ello soñando con el día de celebrar su primer gol en Pasarón. "No estaría mal la verdad, y que fuese cuanto antes, pero primero la espalda y la defensa y después el ataque", asegura con la lección bien aprendida.