Se acabó la pesadilla. El Pontevedra Club de Fútbol estará la próxima temporada en la Segunda RFEF. No era ni de lejos el objetivo de un principio de curso que había ilusionado a la parroquia granate como hace años no se recordaba, pero al menos se ha conseguido salvar los muebles evitando caer a la quinta categoría nacional.
Eso sí, el sufrimiento que caracteriza a la afición pontevedresa no podía faltar, con nervios y uñas carcomidas hasta bien entrado el segundo tiempo, y es que una victoria del Real Oviedo Vetusta hubiese supuesto la catástrofe. A los de Luisito al menos les valía el empate, pero certificaron su salvación goleando (3-0) en un Estadio de Pasarón que apoyó a los suyos durante los 90 minutos y que expresó aunque tímidamente su enfado en la despedida, rabia contenida por un año que nadie se esperaba.
Era un cara o cruz para los dos equipos. Entre ellos estaba el descenso y la salvación, y la tensión se notó desde el primer minuto de juego. Los locales, pese a las bajas de Charles, Oier, Santi y Adrián Cruz, salieron con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a pelear cada balón. Fue el filial oviedista el que asumió la iniciativa a través del balón, pero los granates planteaban una presión alta que dificultaba la salida del esférico y amenazaba con sus transiciones. Era un escenario que no desagradaba a Luisito.
Esa presión posibilitó el primer acercamiento con relativo peligro a los 10 minutos, en un robo en tres cuartos de Imanol que recogió Rufo para disparar a puerta. Su lanzamiento, centrado, no puso en todo caso en muchos apuros al guardameta visitante, Kane Saar.
El conjunto asturiano intentaba acercarse al gol que le daría la salvación con internadas prometedoras especialmente de Sandoval por el costado zurdo, sin llegar a concretar centros precisos.
Sufría más la grada que los once jugadores locales en el césped, que no concedían opciones claras a su rival. Sí llegaron antes del descanso dos ocasiones para el Pontevedra, primero en una salida rápida hacia Rufo en el costado izquierdo que el delantero, tras jugada individual, finalizaba con un peligroso disparo cruzado que se marchaba cerca del palo. Después era el turno de Jorge Fernández, conectando entre líneas y sacando un golpeo duro al que respondía con acierto Saar.
Se llegaba con 0-0 al intermedio y con todo por decidir. El marcador jugaba a favor del Pontevedra, pero sin un gol para la tranquilidad se presentaban unos últimos 45 minutos no aptos para cardiacos.
Al Oviedo Vetusta le hacía falta marcar, y adelantó ligeramente sus líneas a la vuelta de vestuarios. Los nervios crecían por momentos, y sin embargo lo que parecía más cercano era el 1-0. Pudo llegar en el 50 en un saque de Álvaro Cortés para la carrera de Álex González, pero cuando estaba ya ante el portero el capitán no acertó a conectar.
Tuvieron que pasar 12 minutos más, hasta el 62, para ver por fin a la hinchada respirar de alivio. El recién incorporado Martín Diz recibía su primer balón, habilitaba a Jorge Fernández en la derecha y el 11, tras recortar hacia dentro buscando su pierna buena conectaba un centro chut que no encontraba rematador pero que se colaba en el fondo de la portería. Explosión de júbilo y rabia en el verde y en la grada al empezar a ver la luz al final del túnel.
No tenía más remedio el filial que arriesgar, aunque casi ni le dio tiempo a hacerlo. Era el minuto 71 y de nuevo Jorge, tras forzar un córner con un disparo muy duro, sacaba de esquina. Su centro no encontraba rematador en el primer palo, pero sí a Xisco Campos al borde del área pequeña para fusilar a Saar y hacer el 2-0. No quedaba ahí la cosa y sólo dos minutos después llegaba el 3-0, el gol de la tranquilidad absoluta. De nuevo Martín Diz inicia una contra, Rufo deja pasar su envío para la carrera de Álex González y el extremo, con suspense tras tocar el portero, mandaba el cuero al fondo de la red.
De ahí al final, con el Oviedo ya derrotado, el Pontevedra saboreó el triunfo y mismo se permitió ovacionar en los cambios al autor del 1-0, Jorge Fernández, al capitán Álex González y a Imanol. La casa granate respira con alivio salvando por los pelos una mala temporada. Tiempo habrá para la reflexión y para las responsabilidades. Deben cambiar cosas, pero al menos lo harán desde la Segunda RFEF y no desde lo que hubiese sido la peor clasificación histórica del club.
PONTEVEDRA CF (3): Álvaro Cortés, Aitor Núñez, Churre, Xisco Campos, Eneko Zabaleta, Imanol (Pol Bueso, min.88), Borja Martínez, Álex González (Óscar Fernández, min.88), Pitu (Martín Diz, min.60), Jorge Fernández (Damià Sabater, min.81), Rufo.
REAL OVIEDO VETUSTA (0): Kane Sarr, Jorge Mier, Armenteros, Guille Bernabeu, Sandoval (Steven, min.75), Meléndez, Javi Cueto (Eloy Ordóñez, min.75), Rober Sierra, Prada, Alberto Fuentes (Lorea, min.63), Álex (Erik Aguado, min.72).
Árbitro: David López Jiménez, auxiliado en las bandas por Riubrugent Expósito y Oltra Sáez (Cataluña). Amonestó a Rufo en el Pontevedra y a Rober Sierra, Lorea, Prada y Guille Bernabeu en el Oviedo Vetusta.
Goles: 1-0 Jorge Fernández (min.62); 2-0 Xisco Campos (min.71); 3-0 Álex González (min.73).
Incidencias: Partido de la última jornada de liga en el grupo por la permanencia en la Segunda RFEF disputado en el Estadio Municipal de Pasarón ante cerca de 3.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del director deportivo del Real Oviedo, Francesc Arnau.