Caetano Horta, remero del CGTD: de la selectividad a Tokio 2021

Pontevedra
17 de abril 2021

El joven remero de Noia, asentado en Pontevedra, representará a España en los Juegos Olímpicos en la modalidad de doble scull junto a Manel Belasteguí con solo 18 años

Caetano Horta (en la proa), remero del CGTD que irá a los Juegos Olímpicos de Tokio, junto a su compañero Manel Belasteguí
Caetano Horta (en la proa), remero del CGTD que irá a los Juegos Olímpicos de Tokio, junto a su compañero Manel Belasteguí / PontevedraViva

Los próximos Juegos Olímpicos volverán a tener acento pontevedrés. No solo por la palista Teresa Portela, que ya tiene asegurada su presencia en los que serán sus sextos Juegos, tampoco por los numerosos deportistas locales con opciones de conseguir un billete para Tokio, sino por la explosión de un joven remero de Noia que se forma en el CGTD y que, con solo 18 años, ya se ha ganado una plaza para cita de este verano.

Caetano Horta compagina en este primer semestre del año su asalto a los Juegos Olímpicos con la preparación de los exámenes de acceso a la universidad. Y no sabe qué competición es más exigente. "La verdad que selectividad es una prueba dura y más ahora que hay que sacar tiempo para poder estudiar", reconoce Horta, que no se despista ni un segundo de su verdadera meta. "Quiero hacer odontología en Sevilla", afirma, no sin temor, como en una de sus regatas, a no superar el corte. Aunque su media superior al 8 y su condición de deportista de alto nivel, parecen argumentos sólidos para alcanzar también esta meta.

En junio sabrá si lo logra y solo un mes después tendrá otro examen todavía más duro. Será en Japón representando a España en la modalidad de remo de doble scull junto a su compañero Manel Belasteguí.

Su ascenso al Olimpo fue fulgurante. "Fue un camino corto pero muy rápido. Aún no lo tengo asimilado del todo", reconoce. Todo comenzó con la renuncia de Rodrigo Conde a formar parte del barco por problemas para mantenerse en la categoría de peso ligero. Tras su marcha, la federación convocó un selectivo para buscar un relevo. Caetano superó la prueba y pasó a la segunda fase del proceso de selección.

"Entramos en una fase de pruebas de una semana con tres compañeros para ir con Manel. En esa semana los números salieron a mi favor y se decidió que hasta el Europeo iba a ir yo con Manel y en función del resultado me quedaría yo o no", relata el remero. Y el Europeo salió a pedir de boca, aunque él. ambicioso, no lo reconoce. "Acabamos séptimos y nos quedó la espinita de no meternos en la final", dice sobre la carrera en la que consiguió, siendo todavía menor de edad, su billete para Tokio.

La pareja todavía se está conociendo pero las sensaciones son inmejorables. "No conocía personalmente a Manel, aunque sí habíamos coincidido en regatas. Hubo buen feeling desde el primer momento, él tiene 21 años y yo, 18. Somos muy jóvenes y eso ayuda a llevarse bien", detalla el de Noia.

A bordo del barco, un doble scull en el que cada uno porta dos remos, la compenetración también es perfecta. Caetano aporta la potencia en la proa, mientras que desde la popa Manel marca un ritmo imparable hacia la gloria olímpica. Su verdadero nivel y sus opciones de medalla se verán dentro de seis semanas en una prueba de la copa del mundo. "Tenemos dos copas del mundo antes de los juegos. A la primera no llegaremos muy preparados, pero a la segunda, sí. La queremos preparar bien para hacer un buen resultado y vernos realmente cómo estamos", puntualiza.

El remo llegó a la vida de Caetano Horta por casualidad. Su pasión era el motocrós. "Yo quería ponerme fuerte para poder andar en la moto. Como mi tío era el entrenador del club de remo de Noia, empecé a remar", recuerda Horta sus primeras experiencias con solo 9 años. "Fui a competiciones y me fue yendo bien la cosa, aunque que en motocrós también me iba bien", remarca.

Sin embargo, fue admitido en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva para compaginar sus estudios, entró en tercero de la ESO, con la preparación deportiva y tuvo que renunciar ya definitivamente al mundo del motor.

Su crecimiento en Pontevedra fue, como su carrera, meteórico. Cosechó incontables triunfos, entre ellos campeón de España y de Europa juvenil y júnior. Pero su periplo en la Boa Vila acabará esta primavera. "Mi idea es irme a Sevilla el próximo año. Allí está la concentración permanente de absolutos", justifica. Además, el Lérez no es el mejor río para los remeros.

"Tiene muchas curvas, mucha corriente, olas de las motoras... Es un poco incómodo, aunque se pueden hacer los entrenamientos perfectamente", explica sin intención de despreciar el campo de entrenamiento en el que se formó y al que podría volver este verano con una medalla colgando del cuello.