La temporada del Pontevedra Club de Fútbol va camino de convertirse en una pesadilla. Descartado el ascenso, su derrota este domingo en el Estadio Municipal de Riazor ante el Real Club Deportivo le condena, salvo milagro, a luchar simplemente por la permanencia en la Segunda B, lo que en la práctica es ya de por sí un descenso de categoría por la reestructuración prevista.
Era una auténtica final para ambos, sabedores que una derrota era un torpedo a la línea de flotación, y eso se notó desde el momento de conocer los onces iniciales. Luisito introdujo varios cambios, y también Rubén de la Barrera en los locales. En los granates, además de la entrada en portería de Álvaro Cortés, destacaba la presencia de Jorge Fernández por Damià que modificaba ligeramente el dibujo del equipo con un 4-4-2 pero con rombo en el centro del campo, con Jorge más adelantado intentando estar cerca de los puntas.
Sin embargo la apuesta no salió bien de inicio, con un Deportivo que avisó ya en el primer minuto con un remate de Borja Galán de cabeza al borde del área pequeña, en situación inmejorable, que se marchó desviado. Los blanquiazules parecían cómodos llevando la iniciativa, y además se encontraron con premio en el que era sólo su segundo acercamiento. Keko Gontán recibió el cuero en el pico del área, recortó hacia dentro y desde la frontal conectó un disparo con la zurda que quitó las telarañas de la portería de Álvaro. Golazo que a las primeras de cambio, en el minuto 4, ponía cuesta arriba el encuentro.
Intentó reaccionar el Pontevedra en una rápida transición que terminó con un chut flojo de Charles, a las manos de Lucho, si bien fue un espejismo. Al contrario que en las jornadas precedentes con Luisito en el banquillo, costaba generar ocasiones ante un rival bien plantado sobre el verde. No había claridad de ideas y fluidez en la circulación, recurriendo a menudo a envíos en largo que se encotraban con la contundente respuesta de la zaga coruñesa.
Tampoco el Deportivo acostumbra a ser un torrente ofensivo, y con el marcador a favor su plan se convirtió en esperar algún error de los granates para intentar castigarles. El duelo mudó así hacia una pelea en la zona medular, con escasas apariciones por las áreas. De esta forma, más allá de un falta directa lanzada fuera por Jorge, el Pontevedra sólo protagonizó hasta el descanso otra acción de relativo peligro, en el minuto 35, pero el disparo duro y potente de Rufo salió muy centrado facilitando la intervención del portero local.
Nececitaba un cambio el conjunto granate y Luisito también lo vio así, ordenando un triple cambio a los dos minutos de la reanudación. Conseguir la victoria era cuestión de supervivencia, y el técnico variaba el dibujo dejando tres defensas y sobre todo buscando más fútbol en la sala de máquinas, al dar entrada a Damià y a Adrián Cruz. También entró al campo Martín Diz saliendo del mismo Jorge y los dos laterales, Eneko y Aitor.
Era un todo o nada y la apuesta tampoco funcionó. Atascado en la elaboración, no encontraba maneras de generar peligro ante un Deportivo que si bien tampoco brillaba en exceso, tiraba de oficio para mantener su jugosa ventaja en el marcador.
Los minutos corrían en contra de los granates, a quien el paso del tiempo atenazaba cada vez más sin ver siquiera un rayo de esperanza en el choque. Es más, los riesgos hacían pensar en tener más cerca del 2-0 que el empate, aunque sin poner a prueba a ninguno de los arqueros.
En el 65, en una falta lateral, tuvo la opción Miku para los locales, pero poco más peligro se vio hasta los minutos finales.
Con más corazón que cabeza el Pontevedra intentó llegar al área coruñesa, y su ocasión de al menos rascar un empate llegó al filo del tiempo reglamentario. Damià sacó un córner y Adrián Cruz se elevó en carrera para conectar un buen testarazo que obligó a Lucho, esta vez sí, a emplearse a fondo para con una gran intervención desviar el balón de nuevo a la esquina. Otro lanzamiento y segunda oportunidad del centrocampista de Moaña, ahora con el pie, encontrándose un seguro bajo palos.
Ahí se acabó lo que se daba para los de Luisito, impotentes durante los 90 minutos y resignados a una derrota que aboca al fracaso a la temporada. A 5 puntos del sexto con sólo 6 en juego, todo lo que no sea pelear ahora por la permanencia supone una quimera. Y mal harían en bajar los brazos, porque el abismo de un descenso a Tercera se abre bajo sus pies y eso sí que supondría una auténtica catástrofe en todos los sentidos.
RC DEPORTIVO (1): Lucho García, Eneko Bóveda, Derik (Mujaid, min.54), Borja Granero, Héctor Hernández, Diego Villares, Bergantiños, Raí (Beauvue, min.87), Keko Gontán (Lara, min.71), Miku (Rayco, min.71), Borja Galán (Uche Agbo, min.87).
PONTEVEDRA CF (0): Álvaro Cortés, Aitor Núñez (Martín Diz, min.47), Churre, Xisco Campos, Eneko (Adrián Cruz, min.47), Imanol, Jorge Fernández (Damià Sabater, min.47), Álex González, Oier Calvillo (Óscar Fernández, min.73), Charles, Rufo.
Árbitro: Luis Fernando Collado López, auxiliado en las bandas por Grande Rabadan y Tercero Campos (Colegio castellano-manchego). Amonestó a Borja Granero en el Deportivo y a Oier, Adrián Cruz y a Álex González en el Pontevedra.
Goles: 1-0 Keko Gontán, min.4.
Incidencias: Partido de la Jornada 16 de liga en el Subgrupo 1-A de la Segunda División B disputado en el Estadio Municipal de Riazor de A Coruña con una limitación de 500 espectadores en las gradas.