A solo seis días del inicio de la liga, el Cisne pudo disputar su primer partido de una pretemporada atípica marcada por la pandemia de la Covid-19 en la que los blancos no podían, hasta este viernes, entrenar con contacto ni organizar partidos amistosos. Los de Jabato tuvieron que desplazarse hasta León para celebrar su primer duelo de la pretemporada. Jugaron contra el Villa de Aranda en un choque marcado por la igualdad y falta de ritmo que se saldó con victoria burgalesa por 31 a 29.
"A pesar de los errores típicos del primer partido y de venir de un parón tan largo, estamos satisfechos por verlos competir, por rotar a todos los jugadores y por ver que lo que trabajamos va por buen camino, aunque nos queda mucho para seguir mejorando", declaró el entrenador Jabato después de un partido en el que los juveniles del equipo gozaron de una gran cantidad de minutos.
Aunque el resultado es lo menos importante de este primer encuentro, el exigente técnico blanco reconoció que "podíamos haber estado un poco más sólidos en la parte final del partido". Aunque restó importancia a esas circunstancias para centrarse en las próximas citas. "Lo importante es sumar minutos y coger sensaciones. Eso lo hemos logrado y hoy tenemos otra cita para seguir mejorando", declaró en referencia al amistoso que disputan a las 18 horas en Valença do Minho frente al Aguasantas.
La igualdad fue la tónica dominante durante la mayor parte del partido. En el primer tiempo el empate fue una constante en el marcador y no fue hasta los minutos finales del segundo tiempo cuando el Villa de Aranda logró una pequeña renta que le permitió hacerse con la victoria.
En el plano individual, Carlos Pombo, con cuatro tantos, fue el hombre más activo del partido del Cisne, en el que también brillaron los jóvenes Carlos Álvarez y Mateo, así como las paradas salvadoras de Pablo González.