Fundado en 2016, el Club Bádminton Ravachol Pontevedra trabaja contrarreloj para cumplir los requisitos económicos de cara al que será su debut en la máxima categoría nacional, la División de Honor.
Precisamente ese ascenso ha motivado, superada la fase de restricciones impuestas por el Covid-19, un reconocimiento oficial a la entidad deportiva por parte del Concello de Pontevedra. Así, el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores y el concejal de Deportes, Tino Fernández, recibieron a los integrantes del equipo que consiguió el ascenso de categoría.
"Llegamos en el 2016 pero el proyecto desde el principio fue ambicioso, porque Pontevedra era una de las pocas grandes ciudades sin bádminton", reconoció antes los responsables municipales el máximo responsable del Ravachol, Jesús Pereiro.
Sin embargo el Bádminton Pontevedra vive estos días en medio de cierta incertidumbre, ya que "el salto de categoría es enorme", señala Pereiro. Tanto es así que prácticamente tendrán que doblar su presupuesto al pasar de "jugar 5 jornadas de concentración a jugar 14 más play-off, y ya jugando en casa y fuera. Los gastos se multiplican muchísimo", explicó el técnico.
Además "si queremos ser competitivos vamos a tener que fichar. Es una liga en la que prácticamente todos los equipos tienen jugadores extranjeros".
Para todo ello "estamos en la búsqueda de patrocinadores", afirmó el responsable de la entidad deportiva encontrando la complicidad de un Concello que "en lo que esté en nuestras manos intentaremos echar un cable", reconoció a su vez el edil de Deportes, Tino Fernández.
En el encuentro no pasó desapercibida una circunstancia, que recibieron con curiosidad los responsables municipales, y es que el debut del Ravachol Pontevedra en División de Honor puede provocar que venga a disputar una jornada de liga la gran figura española del bádminton, la campeona olímpica Carolina Marín, actualmente en las filas del Club Bádminton Pitiús de Ibiza. Claro que para Jesús Pereiro "a nivel deportivo mejor que no venga", remató con humor. A ilusión al menos seguro que nadie les gana.