El Club Cisne sigue buscando los apoyos necesarios para competir la próxima temporada por primera vez en la máxima categoría, pero al menos ya sabe qué tipo de competición le espera.
Los 16 clubes que componen Asobal y los dos ascendidos, Cisne y Villa de Aranda, han mantenido este viernes una reunión con el presidente de la Real Federación Española de Balonmano previa a la asamblea federativa que este sábado decidirá el modelo de competición del atípico próximo curso.
En el caso de la Liga Asobal, será ya un formalismo después del acuerdo al que han llegado ambas partes, que partían con posiciones enfrentadas.
Así, se ha acordado que no se dividirá la liga en dos grupos, tal y como planteaba la federación, jugándose un todos contra todos de 34 jornadas.
Se trata de una medida que ha caído bien en el club pontevedrés, ya que se asegura recibir la visita del todopoderoso Barcelona, aunque se ha pactado la celebración de "tres o cuatro jornadas entre semana", reconoce el presidente cisneísta, Santiago Picallo, un aspecto que "nos perjudica un poco".
Además se aplazará la aplicación del play-out por la permanencia hasta la temporada 2021/2022, lo que para un equipo que buscará como objetivo seguir en la categoría como el Cisne allana un poco su camino.
Por último Asobal y Federación han acordado que la Copa del Rey quedará reducida este año a una fase final con 8 equipos, como antaño, y que la Copa Asobal se pueda celebrar en una fecha todavía por decidir.
Despejadas buena parte de las incógnitas "nuestra preocupación ahora mismo es intentar salir", reconoce Picallo sobre unos requisitos económicos que esperan conocer en los próximos días, a más tardar el próximo día 20 cuando está fijada una asamblea de Asobal. Eso siempre y cuando la Asamblea General federativa no acuerde este sábado eliminar el requisito de permanecer a Asobal para competir en la máxima categoría, aspecto que estará en discusión.