Ni la heroica le funciona al Teucro, al que otra mala primera parte lo condena a una nueva derrota (26-28)
Por Manu Otero
Sigue sin levantar cabeza el Teucro, al que todo le sale mal. Los azules plantearon un encuentro con un ritmo muy alto a un Torrelavega que llegaba a Pontevedra en una cómoda cuarta posición. Los visitantes estuvieron más acertados en el primer tiempo, cuando consiguieron una ventaja que supieron administrar en la segunda parte. Tras el paso por vestuarios, los de Montes mejoraron y firmaron momentos brillantes que solo por la falta de acierto en momentos puntuales impidieron voltear el marcador. Siguen deprimidos los azules, con cuatro derrotas consecutivas y hundidos en la zona peligrosa de la tabla.
El partido empezó con un ritmo frenético en el que los dos conjuntos contaban por goles sus ataques. Los porteros de ambas escuadras, que en más de un tanto no estuvieron muy acertados, asistían impotentes a un intercambio de golpes continuo que situó el marcador en empate a seis cuando no se habían alcanzado los diez primeros minutos de juego. Corneil y Moyano por parte de los azules y Colunga, por los visitantes fueron los más incisivos.
Pudieron los de Luis Montes sacar provecho de la imparable lluvia de goles gracias a la parada de Salazar a un contragolpe cántabro, pero el rechace cayó en manos visitantes para no perdonar la segunda oportunidad. Luego los palos y alguna que otra parada de los porteros contuvieron el frenesí anotador con el que empezó el partido.
Las pulsaciones del duelo bajaron y el Torrelavega, mucho más desahogado en la tabla que el Teucro, supo jugar con la presión del rival. Mientras los azules se precipitaron varias veces a la hora de finalizar la jugada, los de naranja bordeaban el pasivo en cada acción de ataque hasta encontrar una grieta por la que alojar el balón en el fondo de la red. Fue así como los visitantes lograron una renta de tres tantos en el ecuador de la primera mitad (6-9).
Paró el partido Luis Montes para insistir a los suyos en seguir jugando rápido en ataque para evitar la poderosa defensa posicional de los cántabros y, por momentos, la táctica parecía funcionar. Sobre todo cuando el encargado de finalizar la acción era Corneil, muy acertado con su potente tiro lejano. Con esta premisa, el Teucro fue reduciendo las diferencias en el marcador hasta volver a situarse a un solo tanto de distancia a falta de cuatro minutos para el descanso.
Fue entonces cuando Mozas, técnico visitante, pidió tiempo muerto. Los cántabros ajustaron su defensa y simplificaron su ataque para, en pocos minutos, recuperar una ventaja de tres goles con la que se fueron a vestuarios (12-15).
La segunda parte comenzó como la primera. Con un largo intercambio de goles entre ambos equipos en el que, nuevamente, el cuadro de Torrelavega volvió a salir victorioso. Los visitantes, con la ayuda de los árbitros que concedieron un gol fantasma muy protestado por Salazar y la grada, se escaparon hasta los cinco tantos de distancia antes de cumplirse los diez minutos de juego (16-21).
Con la victoria fuera de su alcance, el técnico teucrista pidió tiempo muerto para animar a los suyos y voltear la situación. Redujo distancias Samu Pereiro, pero dos nuevos errores defensivos de los azules hundieron todavía más a los azules (17-24), que ya ni siquiera eran capaces de atacar la meta rival con peligro.
Volvió a parar el partido el entrenador azul. Dos goles consecutivos de Moyano e Iván Rodríguez al contragolpe después de buenos robos dieron un halo de esperanza a la afición local, pero la desventaja seguía siendo abismal a falta de un cuarto de hora para el final (19-24). Cinco minutos despúes y al grito de "sí se puede" desde la grada, la renta se redujo hasta los dos goles para delirio de la hinchada (22-24) gracias a los tantos de Iván Rodríguez, el mejor del Teucro en el segundo acto, y de Samu Pereiro.
Tuvo opciones el Teucro de reducir al mínimo las diferencias en los últimos compases del choque, pero Corneil erró el lanzamiento y Torrelavega aprovechó para castigar al Teucro con un doloroso tanto que volvía a alejar a tres tantos el sueño de la remontada. Siguió intentándolo el conjunto azul, pero las decisiones arbitrales, con exclusiones de difícil comprensión; y la prisas acabaron por condenar al Teucro a una nueva derrota que hunde al equipo todavía más en la clasificación y en su estado de depresión.
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