Más goles que fútbol en el triunfo del Pontevedra sobre el Marino de Luanco (3-0)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
No siempre una goleada es reflejo de un buen partido. Así sucedió entre Pontevedra y Marino de Luanco. Los granates encadenan su cuarta victoria consecutiva en un partido con más goles que fútbol, pero que únicamente al final dejó destellos de calidad. Los de Pouso fueron muy superiores, pero donde realmente brillaron fue en el trabajo y concentración defensiva. Adiguibe, Mejía y Álex Fernández consiguieron los goles de un triunfo que acerca a los puestos altos.
Pouso optó por la continuidad en cuanto a nombres. Con un único cambio en su once inicial (el de Pol Bueso por Santi), el técnico vasco utilizó a tres centrales (Víctor Vázquez, Jaouad y Campillo), dejando las bandas para Santi y Álex González (éste situado siempre en la posición de extremo ante el repliegue asturiano), con Sana y Álex Fernández ocupando la zona central y Romay actuando de enganche para Adiguibe, mientras Álvaro Bustos partía de la zona derecha del ataque, pero con plena libertad para intentar desequilibrar en el uno contra uno.
Enfrente un Marino de Luanco conservador, acumulando hombres en defensa, con no muchos argumentos futbolísticos, suplidos con trabajo y una generosa entrega de todos sus hombres, que incomodaba con su presión la construcción de juego de un Pontevedra que tras unos minutos iniciales de aparente equilibrio, fue haciéndose con el control, aunque sin llegar a brillar con su juego.
Mientras los visitantes buscaban en las acciones a balón parado su oportunidad para intentar hacer daño, el Pontevedra se contagiaba de un fútbol tosco y poco vistoso, que apenas le daba para llegar aisladamente y sin demasiado peligro. Eso sí, cuando el balón llegaba en condiciones a los pies de Álex Fernández o Romay, y se jugaba a ras de césped, parecía que si algo iba a suceder sería a favor de los granates.
En esas andaban unos y otros cuando llegaba casi por sorpresa el primer gol. Sería tras una falta en el pico del área que lanzada por Álex Fernández dio en la barrera y le cayó a Adiguibe, absolutamente libre de marcaje. El nigeriano maniobró bien, rematando raso y cruzado a la media vuelta para colocar el balón junto al poste. Buen gol, pero inferior a su espectacular celebración.
Los asturianos parecieron acusar el golpe y a punto estuvieron de encajar el segundo diez minutos más tarde, con dos ocasiones en un minuto. Primero fue Adiguibe quien se anticipó para rematar de cabeza un corner, pero el balón se marchó fuera por poco. Luego sería turno para Álex Fernández, en un gran centro de Álvaro Bustos, que no pudo conectar con acierto hacia la portería y se le fue desviado.
Desde ahí hasta el descanso absolutamente nada más. Firmeza defensiva, ningún riesgo a la hora de sacar el balón, pero excesivos balonazos que no iban a ninguna parte.
No mejoró la decoración en la reanudación. Incluso diríamos que la calidad del juego fue sensiblemente a menos, tanto que resulta complicado encontrar una sola jugada digna de mención. Con el balón convertido en una sucesión de "meteoritos" sobrevolando el cielo de Pasarón, los granates se limitaron a "nadar y guardar la ropa" esperando que la necesidad obligase al rival a abrir líneas.
Así fueron transcurriendo los minutos sin una sola ocasión de peligro en ninguna de las áreas. El Pontevedra seguía firme atrás en la misma medida que su rival era incapaz de inquietar siquiera.
Los granates mostraban mejor cara cuando eran capaces de enlazar pases con sentido entre un Álex González, de nuevo imperial, Álvaro Bustos y Mejía, que desde su entrada mejoró considerablemente tanto la presión como las ayudas en la creación.
Si pocas opciones tenían los de Oli, menos cuando su central Trabanco veía la segunda amarilla al cortar una contra en velocidad de Adiguibe. Lo aprovechó el Pontevedra, que tres minutos más tarde cerraba el partido con el segundo tanto, conseguido por Mejía, tras un robo y disparo raso y cruzado, que celebró con la grada, lo que le costó la tarjeta amarilla.
Con el Marino rendido a su propia impotencia, se vieron los mejores (pocos) minutos, de un Pontevedra que pudo lograr ampliar todavía más la cuenta en una ocasión de Adiguibe en el mano a mano con el meta visitante, que disparó a los pies de Javi Porrón y lo logró en la última jugada para hacer justicia al mérito del mejor jugador del partido, Álex Fernández, que remató de cabeza llegando desde atrás, un gran centro de Pedro Vázquez.
PONTEVEDRA CF (3): Edu; Víctor Vázquez, Jaouad, Campillo; Santi, Sana (Mejía, minuto 62), Álex Fernández, Romay (Javi Pazos, minuto 83), Álex González (Pedro Vázquez, minuto 72); Álvaro Bustos y Adiguibe.
MARINO DE LUANCO (0): Javi Porrón; Borja, Trabanco, Miguel Prado, Guaya; Lora; Boedo (David González, minuto 57), Mathe (Abrahan, minuto 57), Álex Arias, Míkel (Saha, minuto 76); y Mika.
Árbitro: Manuel Ángel Pérez Hernández (Madrid), auxiliado en las bandas por Gonzalo López de la Llave y Sergio Maroto Criado. Expulsó por doble amonestación al jugador visitante Trabanco (minuto 79). Amonestó a Álex Fernández y Mejía, en el Pontevedra, y a Álex Arias, en el Marino de Luanco.
Goles: (1-0) Minuto 20: Adiguibe. (2-0) Minuto 82: Mejía. (3-0) Minuto 90+4: Álex Fernández.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 2.000 espectadores.
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