Los cinco errores que condenaron al Pontevedra en Ibiza
Por Manu Otero
El entrenador del Pontevedra, Luismi Areda, analizó este miércoles después del entrenamiento del equipo en Cerponzóns los motivos que condujeron a la derrota del equipo en el último partido de liga disputado en Ibiza. El técnico granate lamentó que el tanto de la derrota, que llegó en los minutos finales del choque, se produjo "cuando mejor estábamos". El preparador admitió que en la primera parte el equipo estuvo mal, pero "en líneas generales, la segunda parte fue buena".
Aun así, en la sala de prensa desgranó una serie de motivos que impidieron a sus jugadores exponer sobre el terreno de juego lo trabajado durante la semana. Desajustes individuales en defensa, un nuevo sistema que debe trabajarse más, el equipo encerrado en su propio campo, ausencia de una mentalidad más ofensiva y dificultades para construir jugadas. "En el descanso lo hablamos y fuimos capaces de ajustarlo", reconoció Luismi.
DESAJUSTES EN DEFENSA
"El equipo sufrió mucho en la primera parte porque hubo desajustes a nivel defensivo", admitió el preparador. Esos problemas en las marcas obligaron a los tres medioscentros a multiplicarse en labores defensivas. "Tuvieron que hacer un trabajo de mucho correr, muchas ayudas, mucha cobertura y mucha vasculación. llevaron mucho castigo defensivo", dijo el vigués. En la segunda parte también hubo fallos en el marcaje, como pudo verse en el segundo tanto de los locales en el que Mendoza remata sin oposición desde el punto de penalti.
NUEVO SISTEMA
Luismi planteó por primera vez una defensa con tres centrales. "No me arrepiento porque sí que la habíamos trabajado. En un partido, los errores se ven mucho mejor. Es un sistema que tenemos que trabajar", admite. Sin embargo, el técnico está convencido de que esta novedosa disposición defensiva puede resultarle útil en futuros partidos. "Hay que mejorarla, pero creo que en algún otro partido se puede volver a dar porque tenemos jugadores para ello", asegura.
EQUIPO METIDO EN SU ÁREA
El Pontevedra fue incapaz de pisar el campo contrario durante la primera parte y los motivos que llevaron al equipo a esta situación se deben, según el técnico granate, a que "estábamos defendiendo al borde de nuestra área y éramos incapaces de enlazar con la gente de arriba. No estuvimos bien defensivamente, nos hundimos mucho", reconoce el entrenador. Aunque admite que el equipo pudo haber hecho algo más, el empuje del rival también influyó en esta circunstancia. "Nos obligaban a defender muy atrás, no éramos capaces de pasar de mediocampo", admite.
Tras el paso por vestuarios, el cuerpo técnico corrigió estos errores y el equipo logró dar un paso al frente. "Corregimos algunas cosas a nivel defensivo. Apretamos más arriba, se ajustaron los centrales con los carrileros y los mediocentros saltaron con los suyos. Esto ya propiciaba que robáramos más adelantados", explica.
INCAPACES EN LA CONSTRUCCIÓN
La presión alta del Ibiza y el fuerte viento que soplaba en el campo balear afectaron a la capacidad asociativa del conjunto. "La idea era estar replegados y buscar contras. Al Ibiza le gusta saltar a campo contrario y eso iba a generar espacios a espalda de su línea defensiva. Queríamos aprovechar esos espacios con gente rápida como Javi Pazos y Álvaro Bustos", planeó Luismi.
Sin embargo, el plan fracasó y obligó al equipo a buscar otras alternativas para pisar campo contrario. "Recuperábamos muy atrás y además teníamos el viento en contra. Lanzábamos a la gente más adelantada pero el balón se quedaba y nos volvían a robar", confiesa. Ante la imposibilidad de jugar en largo, el Pontevedra se vio obligado a rasear el balón, pero "ellos apretaban muy bien y no éramos capaces de dar tres paases de seguridad".
Estos problemas en la construcción de la jugada nada tienen que ver, según el preparador granate, con la ausencia de jugadores más creativos como Romay o Pedro Vázquez. "Álex tiene buen manejo de balón, Sana también y Álvaro Bustos es un jugador que puede aparecer entre líneas. Lo enfoco más a lo defensivo, que nos hundimos y estábamos los 21 en campo propio y no éramos capaces de asociarnos", argumenta.
MENTALIDAD
Admite Luismi que, de forma inconsciente, al jugar como visitante el equipo salta al campo con una mentalidad más defensiva que cuando lo hace como local. "Sales más a defender que a atacar, nos tenemos que soltar más, jugar con tranquilidad y generar más peligro", reclama el ténico. En definitiva, "defendernos con el balón", concluye
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