Goleada para la esperanza del Pontevedra sobre el Talavera (4-0)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
Goles para la esperanza. El Pontevedra pasó por encima del Talavera sumando tres puntos vitales para seguir creyendo que la permanencia es posible, al menos si el equipo juega con estas ganas, intensidad y especialmente acierto en el remate. Con Mouriño dirigiendo la orquesta y dando ejemplo, Éder entregado a una lucha constante y Jorge, demoledor en los pocos minutos en los que actuó para redondear el resultado, los granates toman aire y especialmente confianza.
Añón, de penalti, Éder, ambos en la primera parte, Jorge y de nuevo Éder en la segunda, firmaron el resultado más amplio del año, sobre un Talavera que causó una pobre impresión, especialmente a la hora de manejar el balón cuando el repliegue local les concedió la posesión.
Pero la puesta en escena del Pontevedra no presagiaba nada bueno. Con tanto en juego por parte granate, eran los talaveranos quienes se mostraban más intensos y agresivos en las disputas y balones divididos. Sin embargo, el fútbol es así de imprevisible, cuando prácticamente no había pasado nada, Mouriño gana un balón en la línea de fondo, quiebra a Óscar Prats, que imprudentemente le pone la mano en la espalda al verse rebasado y el granate al sentir el contacto se va al suelo. Penalti "light" si se quiere, pero real, bien visto por el colegiado, que estaba a menos de tres metros de la jugada. David Añón se encargó de transformarlo, con seguridad, engañando por completo al meta.
El gol cambió totalmente la decoración. De verse dominado y sin balón, el Pontevedra soltó ataduras y se hizo con el partido. Mouriño pudo hacer el segundo en una dejada de Álex González, pero el disparo le salió ligeramente alto desde la frontal. La presión sobre la salida de balón de los visitantes hacía sufrir a la zaga talaverana, tanto que de un mal despeje nace el 2-0. Álex Fernández rechaza de cabeza y la pone en los pies de Mouriño, que con la defensa saliendo ve la llegada de Éder, desmarcado, poniéndole el balón en bandeja para empujar a la red.
Pero en lugar de encontrar la tranquilidad con el marcador tan favorable, el Pontevedra dio un peligroso paso atrás, permitiendo que el Talavera volviese a tomar el mando, manejando el balón cerca de la zona de peligro, tan cerca que a punto estuvieron de reducir distancias en su único disparo entre los tres palos en todo el primer tiempo. Fue, eso sí, una ocasión clarísima, de las que no se suelen perdonar. En un centro de Jorge, Jesús Jiménez remató sólo, al borde del área de meta, pero Edu consiguió sacar milagrosamente con el pie, poco después de cumplirse la media hora de juego.
Los granates dieron la impresión de verle las "orejas al lobo" y ganaron metros, no volviendo a sufrir hasta el descanso.
Dada la situación, cualquiera en la grada y los mismos jugadores locales hubiesen firmado que en la segunda parte pasasen las menos cosas posibles y así fue, al menos en los 20 minutos siguientes. El Talavera tuvo el balón, pero fue incapaz de inquietar ni lo más mínimo, convirtiendo a Edu en un espectador más, hasta que de repente se removió el avispero. Lo hizo, como no, un Mouriño soberbio, con un reverso espectacular y un no menos espectacular remate con su pierna menos buena, la izquierda, que fue a parar al larguero.
La acción hizo subir el ritmo y las palpitaciones de los protagonistas. El Talavera pareció despertar, pero siempre de forma tímida, lastrada por los constantes fueras de juego en que incurrían sus hombres de arriba. Como en la primera parte, los visitantes dispondrían de una sola ocasión clara e incluso en esa ni siquiera finalizada por ellos mismos, sino por David Castro, que en el intento de despeje mandó el balón a su travesaño.
La reacción local vino a través del trabajo y la presión al rival, pero también de la calidad individual de Jorge Hernández, que en el primer balón que tocaba al poco de entrar en el campo se inventó un auténtico golazo, superando en slalon hasta a cuatro rivales a los que dejó tirados para encarar a Sergio Arenas y batirle cruzando el balón a la cepa del poste.
Era la tranquilidad definitiva, incrementada hasta alegría y satisfacción completa con otra nueva genialidad de Jorge al poner un centro desde la línea de fondo que aprovechó Éder para redondear una excelente tarde, lanzándose en plancha en el primer palo para poner el balón en la red y hacer justicia al mejor juego, pero especialmente a la mayor intensidad con la que en esta ocasión los granates desarbolaron a sus rivales.
Hay vida, aunque la reacción debe ser refrendada en las siguientes jornadas, pero al menos la Semana Santa en lugar de ser de "pasión" será de esperanza para la afición pontevedresa y el propio equipo.
PONTEVEDRA CF (4): Edu; Juan Barbeito, David Castro, Adrián León, Darío Flores, Álex Fernández (Jimmy, minuto 70), Álex González (Jorge, minuto 79), Kevin Presa, Éder, Mouriño y David Añón (Pibe, minuto 83).
TALAVERA CF (0): Sergio Arenas; Óscar Prats, Villarejo (Rubén Rivera, 77), Mario, Gonzalo, Hakim, Paul Quaye (Cabañas, minuto 60), Víctor Andrés, Espinar (Laerte, minuto 46), Jesús Jiménez y Jorge.
Árbitro: Germán Cid Camacho (Castilla-León), auxiliado en las bandas por Óscar Martín Pérez y Ángel Manso Rojas. Amonestó a David Castro, Éder, Kevin Presa y Juan Barbeito, en el Pontevedra, y a Espinar, Villarejo, Óscar Prats y Hakim, en el Talavera.
Goles: (1-0) Minuto 12: David Añón, de penalti. (2-0) Minuto 21: Éder. (3-0) Minuto 81: Jorge. (4-0) Minuto 84: Éder.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 2.500 espectadores.
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