La final autonómica para el Arosa que supera a un Pontevedra con poco juego y sin gol (0-1)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
El fútbol es calidad, también condiciones físicas y técnicas, pero sobre todo el fútbol es actitud, intensidad y ganas, además de gol. De lo primero tuvo el Pontevedra, lo último fue del Arosa. Actuación arbitral al margen, de la que se podría decir mucho y no bueno precisamente, los granates quisieron ganar sin despeinarse, y se encontraron con un Arosa respondón, que aprovechó su ocasión después de las malogradas por los de Luisito, y luego se defendió con orden y acierto.
Dio la sensación por momentos que a algunos jugadores del Pontevedra les molestaba la Copa Federación, tal fue su actitud indolente y de absurda superioridad. Lo pagaron caro. Cuando quisieron reaccionar el Arosa se les había subido a las barbas y después de una primera parte en la que pudieron resolver, pecando una vez más de una alarmante falta de puntería, fueron incapaces de reaccionar en la segunda al temprano gol de Julio Rey que decidió el título.
Ligero dominio territorial del Pontevedra en la primera mitad, traducido en abrumadora mayoría de ocasiones de gol desperdiciadas por los granates, que un día más pecaron de falta de efectividad ante la puerta contraria. El Arosa no perdió la cara en ningún momento, manejando el balón con criterio, pero escasa profundidad.
Hasta cuatro ocasiones claras dispuso el Pontevedra antes del descanso. La primera fue para Jacobo, el mejor de su equipo, que elevó ante Roberto Pazos, pero el balón se marchó fuera por poco (minuto 19). Luego sería Ález Fernández, quien recogió una "peinada" de Jacobo para disparar rozando el poste (minuto 25). Dos más tarde probaría fortuna Mateu, mandando el balón al lateral de la red. Pero la más clara llegaba a los 35 minutos, en una contra que Mateu abrió para dejar sólo a Álex González, una pesadilla para Fran Matos, que cuando se cantaba el gol estrelló su disparo en las piernas de Roberto Pazos.
Mientras tanto, los de Jorge Otero llegaban con relativa frecuencia a las inmediaciones del área granate, pero sin lograr disparar a puerta entre palos más que en un robo de Suso Martínez, que probó fortuna desde fuera del área, parando sin problemas Santi Canedo.
En medio de todo ello, la "guerra" particular entre Cabanyes y Portela, que bien pudo acabar con el delantero arosista en el vestuario de forma temprana. Primero por una patada a destiempo que el árbitro no vio, y luego por un codazo en un salto, que el colegiado pitó como falta, pero sin querer sacar la tarjeta, pese a las protestas desde el banquillo granate.
Pero lo que no había conseguido el Arosa en todo el primer tiempo lo logró en el primer minuto de la reanudación. Claro que para ello contó con la involuntaria colaboración de un desafortunado Portela, que se escurrió en una jugada sin peligro dejando el balón en los pies de Julio Rey. El arosista no perdonó, batiendo a Santi Canedo con un disparo raso y cruzado.
Luisito movió ficha, dando entrada a Kevin Presa y Mario Barco, pero el intento de reacción quedó frenado pronto porque el delantero riojano fue víctima de un árbitro empeñado en convertirse en protagonista negativo. En sólo nueve minutos le mostró dos tarjetas amarillas, la primera por una supuesta protesta, la segunda fruto de su imaginación y rigor, un rigor del que careció en la primera mitad con Cabanyes.
En inferioridad numérica, el Pontevedra apeló a su orgullo herido para buscar el empate, pero dejando expuesta su zaga a las contras de los arlequinados. Y el partido se convirtió en una especie de ruleta rusa. Pudo empatar Miki, en una gran jugada de Álex González, pero falló a dos metros de portería (minuto 66) y pudo sentenciar Julio Rey poco después, pero tampoco acertó con la meta rival.
Los últimos 20 minutos Luisito apostó por defensa de tres, para intentar equilibrar la zona ancha, mientras el Arosa se echaba atrás, cerrando espacios y defendiendo con orden. Faltos de alguien que dirigiese el juego, los granates fueron incapaces de inquietar siquiera a Roberto Pazos y el Arosa se proclamó campeón autonómico con justicia, simplemente por acertar con el gol y demostrar con su actitud tener mayor ambición y deseos de ganar.
PONTEVEDRA CF (0): Santi Canedo; Adrián, Portela (Kevin Presa, minuto 53), Capi, Bruno; Gonzalo, Álex Fernández (Abel, minuto 60); Miki (Bonilla, minuto 72), Jacobo (Mario Barco, minuto 53), Álex González; y Mateu.
AROSA SC (1): Roberto Pazos; Fran Matos, Carlos Besada, Rivas (Vitra, minuto 55), Suso Martínez; Sidibé (Nacho, minuto 63); Carlos Torrado (Miguel, minuto 83), Carballa, Óscar, Julio Rey; y Cabanyes (Álvaro Longa, minuto 88).
Árbitro: Daniel Garcia Lesta (Pontevedra), auxiliado en las bandas por Ismael Gonzalez Caramés y Daniel Montoto Taboada. Expulsó por doble amonestación al jugador del Pontevedra Mario Barco (minuto 62). Amonestó a Mateu, por el Pontevedra, y a Carlos Besada y al entrenador Jorge Otero, por el Arosa.
Goles: (0-1) Minuto 46: Julio Rey.
Incidencias: Campo Municipal de Burgáns (Cambados). Partido correspondiente a la Final autonómica de la Copa RFEF. Buen ambiente en las gradas, con unos 1.000 espectadores. Presencia mayoritaria y más ruidosa de aficionados arosistas.
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