Un Ecce Homo y una Dolorosa. Son los dos cuadros del siglo XV, del pintor flamenco Dieric Bouts, que el Museo de Pontevedra devolverá a Polonia. Lo hará tras comprobar que estas obras, que originalmente formaban un díptico, proceden de un expolio de la Alemania nazi.
Los cuadros pertenecen a la colección de la familia Czartoryski. Tras la invasión alemana en Polonia en 1939, el heredero de estas piezas de arte y su esposa, la princesa María de los Dolores de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, trataron de salvar las obras más destacadas.
Las ocultaron en los sótanos del museo de Cracovia y detrás de los muros de una de sus propiedades. Pero mientras trataban de huir del país fueron arrestados y los nazis descubrieron sus escondites. Aun hoy más de 800 obras de arte continúan desaparecidas. Así lo referencia la historiadora María Díaz.
Ambas pinturas, tras salir de Varsovia en 1944, reaparecieron en el comercio de arte de Madrid en 1973.
A través de una llamada desde el Ministerio de Cultura polaco, a finales del pasado mes de marzo, los responsables del Museo de Pontevedra comprobaron que dos de estas obras formaban parte de sus fondos. Estaban custodiadas en sus almacenes.
Los cuadros eran de la colección de José Fernández López que, al parecer, los habría adquirido en galerías especializadas de Barcelona o Madrid a mediados de los 70. "Descoñecemos onde e en que momento foron adquiridas, pero todo parece indicar que puido telo feito nun dos establecementos da familia Maragall, a Sala Parés de Barcelona ou a Galería El Cisne de Madrid, das que era cliente habitual", ha profundizado el director.
Tras años en depósito en el museo pontevedrés, sus responsables compraron toda la colección -unas 313 piezas de arte- en 1994 por unos 600 millones de pesetas. Ya entonces hubo quien alertó que, probablemente, estas dos obras de Dieric Bouts, principal representante de la Escuela de Lovaina, procediesen de algún saqueo. Pero se desechó la idea porque el origen de los cuadros estaba perfectamente documentado.
A falta del informe pericial sobre este díptico, que está elaborando Ana María Dieguez, especialista en pintura flamenca y directora del Instituto Moll, los responsables del Museo de Pontevedra creen que no hay duda de que son los mismos cuadros reclamados por Polonia.
"A semellanza formal coas fotos é evidente", ha explicado el director del Museo de Pontevedra, José Manuel Rey, que ha detallado que el marco de los cuadros también es "moi característico" y coinciden con las referencias bibliográficas que hay sobre estas obras.
Ante esta situación, la institución pontevedresa ha iniciado los trámites para proceder a su devolución. Uno de los primeros pasos ha sido dirigirse al ministerio de Cultura español, que debe autorizar la salida de estas obras del país.
Desde el museo reconocen estar "sumamente contentos" de poder contribuir a la "reparación histórica" de un expolio, según ha destacado el responsable político del museo y vicepresidente de la Deputación de Pontevedra, César Mosquera.
"É un orgullo poder devolver obras que proceden dunha orixe moi escura", ha asegurado, especialmente cuando, ha añadido Mosquera, el Museo las adquirió "de boa fe" y desconociendo por completo su procedencia original.
Antes de devolverlas a Polonia, el Museo de Pontevedra expondrá estos dos cuadros al público por última vez. Serán las piezas principales de una exposición que, a la vuelta de las navidades, abordará los expolios registrados a raíz de conflictos bélicos.