¿Te imaginas un artista que ofrezca un concierto en su propia casa? Es lo que hizo Lieven Scheerlinck, un músico belga que reside en Barcelona desde hace 15 años. Presentó su cuarto disco, There Is A Home For You (Hi54lofi Records, 2013), en su sala de estar. Creía que era el mejor escenario posible para estrenar en directo un producto, como él mismo reconoce, "pequeño, sencillo y cien por cien casero".
Un espíritu hogareño que busca trasladar ahora a su gira. Viajar por España y Europa de casa en casa, como las ardillas que viajan saltando de árbol en árbol. Actuar en la intimidad de una sala de estar, al fresco de un jardín o en pequeñas salas, "sin efectos especiales ni cervezas patrocinadoras". Así llega a Galicia. Serán cinco conciertos, empezando por Pontevedra este jueves 22 de agosto, a las 22.00 horas. Su 'hogar' por un día será el Pequeño Karma.
Háblanos de A Singer of Songs. ¿Cómo surge este proyecto?
Empezó hace unos seis años. Yo tocaba en un grupo en Bélgica y pasé por un momento difícil. Me puse a grabar canciones en casa. Eran temas sencillos y directos, pero los grababa para mí. Nunca pretendí compartirlas con la gente. Cuando tenía cinco o seis canciones, un amigo me dijo que por qué no hacía algo con ellas, que me abriese un MySpace. ¡Yo! Que tenía Internet para mandar correos y poco más (se ríe). Me decidí a hacerlo y la gente reaccionó muy bien. Tanto que acabé grabando un disco.
Y ya van cuatro. ¿Qué encontramos en There Is A Home For You?
Son tres largos y un EP, pero sí, es mi cuarto trabajo. Es un disco con 10 canciones, es el trabajo que más tiempo que ha llevado completar. La primera de las canciones la escribí hace dos años. Es una especie de colección de canciones de todo ese tiempo. Eso ha hecho que sea un disco con diferentes atmósferas. El resto son trabajos más homogéneos y confesionales. Este tiene más variedad. Es normal, durante dos años te pasan muchas cosas.
Un trabajo casero, como todo lo que has hecho hasta ahora. ¿Por qué has querido hacerlo así?
Es todo casero porque desde que empecé en esto compongo y grabo las canciones el mismo día. Tengo un estudio en casa. Las escribo al mediodía y las grabo por la noche. Así logro reflejar en la música el mismo sentimiento que tenía cuando las componía. Si esperas mucho tiempo a grabarlas, las vas corrigiendo porque te da vergüenza como quedaron. Si las grabas directamente, es más real. Las colaboraciones del disco siguen un esquema similar. Son todo artistas con los que entré en contacto a través de Internet y que graban en sus casas.
Y la gira mantiene ese toque hogareño
La presentación del disco la hice en la sala de estar de mi casa y muchos conciertos son de ese estilo, como el que daré tamén en Noia, en una casa particular, o en A Coruña que cantaré en una tienda. Es diferente. Y luego claro, en pequeñas salas. Hemos intentando buscar espacios pequeños e íntimos, porque la música así lo requiere y el sonido es más puro. Le damos un carácter más íntimo y creo que incluso cantas mejor.
El hogar de Lieven actualmente es Barcelona, una ciudad que, por lo que tengo entendido te ha marcado. ¿Has cambiado mucho desde que vives en España?
Llegué a España con 22 años, era aún un crío. En Bélgica ya tocaba en una banda, pero aquí me hice adulto y me tomé la música bastante en serio. Cambié por completo y no sólo en el estilo de música. Mi vida dio un giro absoluto.
España es tu país de adopción, pero Europa sigue estando muy presente en tus giras
Yo no dejo de girar en todo el año, pero lo que no hago ya es pegarme un atracón. Por ejemplo, ahora toca Galicia y Madrid y en septiembre iré a Alemania y Bélgica, en donde es más fácil viajar. Las macrogiras europeas se han acabado para mí. Te obligan a matarte a viajar, a estar todo el día en el coche... Sin duda, ahora viajo menos.
"Es más difícil ganar dinero con la música. Se vende mucho menos y tienes que viajar mucho y tocar mucho. Pero yo creo que es una evolución positiva"
¿Y siendo un músico totalmente independiente, que apuesta por la autoedición, es fácil salir adelante en este negocio?
Hay bastantes lugares para tocar e inquietud para hacerlo. Ha cambiado mucho, sin duda. Cada vez hay más iniciativas como la mía. La industria discográfica ha perdido poder e influencia. Es más difícil ganar dinero con la música. Se vende mucho menos y tienes que viajar mucho y tocar mucho. Pero yo creo que es una evolución positiva. Si no te gusta tocar, malo.
¿Y ya piensas en planes de futuro?
Hasta noviembre seguiré con la gira de conciertos y ya he empezado a grabar el siguiente disco. Espero poder presentarlo el año que viene y poder hacerlo con un grupo entero, no sólo con el violín de Laura (Laura Rasanen, que colabora también con los coros), que es quien me acompaña ahora.
Antes de despedirnos, ¿qué les dirías a los pontevedreses para que vayan a verte? ¿Qué vamos a ver en el Pequeño Karma?
Pues que será una noche lo más íntima e intensa posible. Estaré yo solo, porque Laura no me puede acompañar en Pontevedra. Intentaré transmitir los mismos sentimientos que tenía cuando grabé las canciones. Quiero comunicarme mucho con el público, porque no quiero hacer monólogos. Y sobre todo lograr que la gente se lo pase bien, que para eso está la música.