La situación generada por la pandemia del coronavirus impedirá que la quinta edición del congreso Fugas e Interferencias, dedicado a fomentar el estudio académico del arte de acción, pueda celebrarse en otoño como estaba previsto.
La organización ha decidido descartar la celebración, presencial o virtual, del único evento académico centrado en esta disciplina que se desarrolla en España, y que cada año tenía como sedes la Casa das Campás y el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC).
Con todo, no se trata de una suspensión completa. El comité del congreso decidió elaborar y publicar un libro que recoja artículos sobre la performance, seleccionados entre los trabajos que en las próximas semanas les hagan llegar los investigadores.
Hasta el 30 de junio permanece abierto el plazo de presentación de trabajos para este congreso organizado por la Universidad de Vigo con la colaboración del CGAC, que dirigen el artista y profesor de la Facultad de Bellas Artes Carlos Tejo y la investigadora y crítica de arte Marta Pol.
"Antes de anular esta edición, pensamos que esta podría ser una buena solución", destaca Pol respeto de la decisión de centrarse en la publicación de una nueva edición del libro en el que cada año recogen los trabajos defendidos en el marco del congreso.
De este modo, "aseguramos que la masa crítica que estuvimos creando a lo largo de estos años no se va a perder", añade Tejo, que incide en la importancia de que "no exista un hueco en la historia de un congreso que llegó su quinta edición cosechando un éxito notable".
Las investigaciones se articularán en torno a cuatro líneas de análisis; tres de ellas, las que centran el debate académico del congreso desde su primera edición.
Se trata de la reflexión teórica sobre el arte de acción, el estudio de su "carácter híbrido" y sus relaciones con otras disciplinas como la videoarte o la danza, y sus "intersecciones con el contexto político", entre ellas la performance desde la perspectiva de género y el feminismo.
A estas se suma una cuarta línea, centrada en el comisariado, para dar respuesta "a la necesidad de explorar un aspecto del arte de acción que demasiadas veces queda sumergido en la propia práctica" y que "requiere de investigación y conceptualización", como defiende Marta Pol.