Su primeras palabras fueron en alemán. Y sus primeros recuerdos, y sus primeros amigos y hasta su primera vocación surgió en Alemania; y no era el humor. Los 'kinder' Markos y Karlos nacieron y vivieron en el país germano hasta que los Pereiro Sánchez (Manolo y Encarna) decidieron regresar de la emigración y volver a Galicia.
Marcos conserva aquel tiempo "guardado en la memoria sin tocarlo". Y también conserva de la infancia un tractor de madera; de los pocos juguetes que se salvaron de la querencia de Karlos por la construcción: "todos mis juguetes están enterrados porque se dedicaba a hacer subterráneos". Mientras tanto, el hermano mayor era muy modosito, no le gustaba ni mancharse. Con el tiempo empezó a hacer trasnadas con premeditación y alevosía, pero prefiere no confesar ninguna, aunque seguro que han prescrito.
Siempre le ha gustado "la plástica", así que siendo adolescente se apuntó a clases de Pintura. Siguiendo con las disciplinas artísticas, tras los pinceles llegaron las artes escénicas y las cámaras fotográficas.Ya ha expuesto en una ocasión, y espera que no sea la única.También como fotógrafo trabajó en un periódico. Una breve experiencia de regular resultado de forma que optó por seguir al otro de las cámaras, en 'Terra de Miranda'.
Nos cuenta que Mucha e Nucha nacieron en Carral, concretamente por un encargo para el Día das Letras Galegas. En aquel momento, no tenían ese nombre, ni eran oriundas de Ardebullo; pero sí eran Pereiro y Touriñán y los dos estaban en el Instituto. En su currículum como actor y humorista ha hecho cine, televisión y teatro y se queda con ese escenario que permite el contacto directo con el público. Un público que hay veces ensancha el alma y otras, las espaldas (mejor que te lo cuente Marcos Pereiro en La Playlist).
'Bota' risas, hace 'botalas' y vota siempre. Votaba el balón de balonmano y ahora 'bota' pachangas en el Balonmán Culleredo. 'Bota' por fuera con el Depor y 'botaba' carreras. Le gusta lo de correr, aunque "ahora me cuesta" volver a empezar. Se declara corredor de fondo. Del fondo, de ese lugar de donde sale la risa de verdad, como la que adereza esta charla. Y es que... era visto!