Picheleiro, "de Compostela como dicía miña nai", del barrio de La Estila. Ha tenido la ocasión de ejercer dos veces de pregonero para las fiestas de la capital gallega. Y como decía María Dolores, su madre, Luis Castro Zahera, de niño "non tiña parada", era inquieto e dormía mal, pocas horas de sueño que mantiene hoy en día. Compostelano y arousano, de A Illa, de paisanaje adoptivo.
Es el pequeño de cinco hijos, todas mujeres las que le preceden. Y los cinco tienen un "oráculo familiar", la tía Cefe. Estudió en el colegio de La Salle. De aquella infancia y adolescencia repite varias veces en La Playlist un nombre de fuerte huella en Santiago, Suso Alonso Braña y a los Scouts.
A priori, cuesta creer que la timidez, de muy joven, le impidiera presentarse a castings. Dos años buscándose la vida en Nueva York, sirvieron para acabar con ella y de vuelta, llamar a Vidal Bolaño y convencerlo con una improvisada interpretación de un borracho que era el actor que buscaba para 'Saxo tenor'.
Luego fueron llegando personajes que se han convertido en alter egos de Zahera como Anselmo el cartero, para Luar; o Petróleo en 'Mareas Vivas'. Y un no parar, porque "me educaron para trabajar" y a sus 53 años reconoce que "me estoy dando cuenta del enganche que tengo al trabajo". Así que eso de "parar máquinas" -una vez más "como dicía miña nai"-, solo lo aplica a la desconfianza que le genera el uso de redes sociales.
En este juego de "alegrar o entristecer corazones" que es su profesión ha recibido este 2019 el Goya al mejor actor de reparto. Su papel de Cabrera en 'El reino' de Sorogoyen bien podría ser la antítesis de una letanía repetida en la familia Castro Zahera: "intentar ser honrados. Siempre que puedo lo reivindico, no salirse del parchís".