Las "Mulleres baixo o terror franquista" vuelven a Pontevedra hasta el 10 de diciembre

Pontevedra
10 de noviembre 2017

Con un emotivo acto celebrado en el Pazo Provincial, la exposición Rexas. Mulleres baixo o terror franquista finalizó su itinerancia por la provincia y podrá ser visitada, hasta el próximo 10 de diciembre, en la entrada de la Deputación de Pontevedra

Exposición "Rexas. Mulleres baixo o terror franquista" en la Deputación
Exposición "Rexas. Mulleres baixo o terror franquista" en la Deputación / Mónica Patxot

Con un emotivo acto celebrado en el Pazo Provincial, la exposición Rexas. Mulleres baixo o terror franquista finalizó su itinerancia por la provincia y podrá ser visitada, hasta el próximo 10 de diciembre, en la entrada de la Deputación de Pontevedra.

La Pontevedra de esta exposición, a la que ponen rostro y nombre a 172 mujeres que fueron perseguidas, asesinadas, encarceladas y que, además, debido a su condición de mujeres, fueron objeto de vejaciones de corte sexista, se incluye en la semana de actos institucionales de reparación de la memoria histórica que organiza la Deputación.

El acto estuvo encabezado por el diputado de Cultura y Lengua, Xosé Leal, y contó con la participación de la escritora y comisaria de la muestra, Montse Fajardo, y de dos familiares de las víctimas, Margarita Caballero Calleja y Tareixa Carro Sobral.

En su intervención, Fajardo destacó que "non poderiamos facer memoria sin as familias que nos contaron o que pasou", un relato que no está en una documentación que es "claramente insuficiente para contar a represión sobre as mulleres", añadió, tras señalar que sólo con la ciudad de Pontevedra se podría hacer un recorrido por todas las tipologías de represión.

Las mujeres, explicó la comisaria de la muestra, fueron asesinadas, exiliadas, depuradas, vejadas y fueron víctimas de las mismas tipologías de represión que los hombres "pero ademais sufriron unha violencia con claros tintes sexistas e foron rapadas, tatuadas e agredidas sexualmente".

Esta represión, aseguró, tenía aún un componente más en el caso femenino, ya que no sólo sufrieron represión por sus implicaciones políticas o sindicales, sino también por estar emparentadas con hombres perseguidos y "mesmo as que apoiaron o bando sublevado foron vítimas do golpe do 36".

"Penso que vai ser a xeración das netas e das bisnetas a que rompa o pacto de silencio", subrayó la periodista en un coloquio en el que estuvo acompañada de dos mujeres de familias homenajeadas en la muestra.

Margarita Caballero Calleja, de 93 años, tenía sólo 12 años cuando tuvo lugar el golpe fascista. Ella fue la encargada de contar su historia familiar.

Su padre, Mauro Caballero, era socialista y estuvo escondido durante años en un hueco de la cocina de su casa en pleno centro de Pontevedra. Su madre, Petra Calleja, forma parte del panel que la muestra dedica a las solidarias por acoger y criar como una hija más a Manolita Gómez Lodeiro, huérfana de Elvira Lodeiro, una de las dos pontevedresas fusiladas en diciembre de 1936.

Margarita relató su paso por la escuela republicana, sus recuerdos sobre el golpe, de cómo hizo de correo de su padre escondido llevando notas a otros republicanos de la ciudad y cómo vivió el exilio de sus hermanos, también perseguidos por sus ideas. 

Tareixa Carro es bisnieta de Hermosinda Lamoso, vecina de Vilaboa cuya imagen forma parte del panel de Supervivientes. Fue la encargada y explicar cómo Hermosinda sacó adelante a la familia después de que su hombre, el vecino de Salcedo, Abelardo Sobral, fuera asesinado por los fascistas. 

Explicó que ni siquiera pudo declararse viuda pues su cuerpo nunca apareció, y que según la memoria oral fue arrojado a la ría. Tareixa, que forma parte de la asociación A Regaduxa de Vilaboa, habló de cómo se transmitió lo sucedido en su familia y de la importancia de que las generaciones de nietas y bisnietas se involucren con la recuperación de la memoria.

En total, la exposición cuenta las historias de 172 mujeres, algunas de ellas hechas públicas por primera vez, a través de 78 fotografías.

Está dividida en tres bloques, siendo el primero el de la contextualización histórica, que cuenta que el golpe de estado supuso una quiebra de los derechos de la República tanto en lo relativo a las clases como desde el punto de vista de las mujeres, que después pasaron a ser tuteladas por varón, iglesia o la sección femenina.

La segunda parte de la exposición, la más larga, analiza las diferentes tipologías de represión que sufrieron estas mujeres y, finalmente, la última parte se dedica a reconocer la labor solidaria y resistente de las mujeres, su apoyo imprescindible a la guerrilla, a los huidos, a la gente presa y a sus familias, a las viudas y criaturas huérfanas, así como su protagonismo en la transmisión de la memoria.