DuMMie, banda que fusiona jazz y pop: "Nuestro disco tiene alma gallega. Fue ahí donde se creó"
Por Alejandro Espiño
Hace tres años, Alejandro Serrano (vocalista y trompetista de No Reply) le enseñó a Goiko Martínez una canción que había escrito a piano. Ambos supieron al instante que estaban delante de algo especial. Fue el punto de partida de DuMMie, una banda madrileña que ha apostado por buscar caminos fronterizos entre la sonoridad, la belleza y la armonía del jazz y las letras y melodías más novedosas del pop.
Un jardinero en la Antártida es su primer disco, un trabajo que la banda grabó durante el pasado invierno en el Náutico de San Vicente do Mar (O Grove). Fue un lugar gracias al cual, explica Alejandro Serrano, "hemos conseguido un sonido muy especial, no hay otro igual". A él volverán este sábado 12 de julio (00.00 horas). Es una de las paradas de una gira gallega con la que visitan también A Coruña, San Sadurniño y la Sala Aturuxo de Bueu (domingo 13 de julio, 21.30 horas).
¿Cómo una banda madrileña como vosotros termina grabando su primer disco en el Náutico de San Vicente do Mar?
Desde luego tiene historia. Yo ya había trabajado mucho en Galicia con bandas anteriores y gracias a un amigo empecé a pasar cada vez más tiempo en Bueu. Estaba allí casi dos meses al año. Y el Náutico lo conocía porque con No Reply habíamos dado allí un concierto. Hablamos con Miguel (el dueño del local) y le dijimos que queríamos hacer algo diferente. No un disco al uso, sino algo que tuviese vida.
Y al mismo tiempo, buscábamos aislarnos de Madrid. Queríamos alejarnos de la rutina, de los ensayos, de nuestra vida diaria y darle una identidad especial al proyecto. Y todo eso lo encontramos en O Grove, al lado de la playa. Así que se puede decir que Un jardinero en la Antártida, que es como se llama el disco, tiene alma gallega. Fue ahí en donde se creó.
"El sonido que hemos conseguido grabando el disco en el Náutico es muy especial, no hay otro igual. Tiene vida, es muy rico en matices"
¿Por qué rechazasteis grabarlo en un estudio tradicional?
Nos interesaba encontrar un sonido que un estudio no te puede dar. Buscábamos un sonido muy orgánico, muy de directo. No queríamos un sitio que estuviese preparado acústicamente. He de reconocer que al final nos resultó complicado mezclarlo porque, por ejemplo, a través de mi micro entraban todos los instrumentos, la cámara de cervezas del local estaba bufando, sonó algún que otro teléfono
Los siguientes discos ya no los plantearemos así, tendrán una producción más perfecta, más pulida. Pero para arrancar un proyecto musical como el de DuMMie, queríamos hacerlo de esta forma más acústica. Y estamos muy contentos con el resultado. El sonido que hemos conseguido es muy especial, no hay otro igual. Tiene vida, es muy rico en matices.
Fue una apuesta arriesgada e intensa, ¿no? ¿Cuántos días estuvisteis en el Náutico?
Pues sí, fueron cuatro o cinco días de mucha tensión, pero fue un proceso muy enriquecedor. Fue casi como si estuviésemos grabando un disco hace 60 años, cuando no había la tecnología que hay ahora que te hace todo más fácil. Nos costó mucho empezar. Tardamos en encontrar un sonido lo suficientemente limpio para poder grabar. Nos llevó un par de días aislar los instrumentos. Nos volvimos locos. Grabamos quince canciones, aunque tuvimos que repetir alguna que otra canción varias veces porque no terminaba de gustarnos.
¿Estáis satisfechos de cómo suena Un jardinero en la Antártida?
Estamos muy contentos. Aunque en algunos momentos me hubiese gustado haber podido darle algo más de potencia, el balance de calidad y calidez es muy bueno y original. Es un disco con mucha personalidad y es lo que buscábamos. Ángel Luján, técnico de sonido de Vetusta Morla, ha hecho un trabajo fabuloso. Logró resaltar la personalidad del disco. Y en directo es muy especial. Estamos más pegados al jazz, alejándonos un poco del pop por los propios músicos que nos acompañan y porque hay menos instrumentación. Es todo más íntimo.
No sé si con todo el ajetreo que supone sacar un disco, habéis hecho balance de estos dos años de vida que tiene ya DuMMie. ¿Cómo surgió este proyecto?
Yo estaba aún con No Reply, en donde era vocalista y trompetista, y Goiko era el baterista de Mojo Project, pero teníamos ganas de hacer algo juntos. Yo empecé a componer en castellano y a preparar otro tipo de canciones diferentes a las que venía haciendo hasta ese momento. Queríamos partir de las raíces de la música negra y mezclarlo con un estilo próximo al de artistas como Jorge Drexler o Quique González.
Era un concepto que nos parecía interesante como punto de partida, porque se acercaba a lo que nos gustaba. No buscábamos un sonido jazz al uso, sino un sonido personalizado que hiciese que la banda fuese reconocible al instante por la música, el tipo de arreglos, las letras... Llevamos dos años viendo y probando cosas. Dimos ya algún concierto, pero queríamos arrancar con un disco bajo el brazo. El proyecto lo teníamos claro y el concepto también.
"Nos hace falta rodaje, pero me apetecía que la gente pudiese escuchar ya el disco y les fuésemos enganchando"
¿Y el nombre de la banda fue buscado o surgió por casualidad?
Surgió charlando, delante de unas cervezas y entre risas. Todos nosotros hacemos música para otros artistas. Somos profesionales que vivimos, en parte, a base de tocar para otros. Y hablando sobre eso nos salió este concepto. Que éramos como los muñecos dummies que se utilizan para testar los coches. Vamos recibiendo golpes y cambiando cosas para ir haciéndonos un hueco poco a poco, logrando ser cada vez mejores. Esa comparación nos gustó. Pensamos que se ajustaba bastante a este proyecto.
Desde que apareció Un jardinero en la Antártida, no habéis parado de recibir elogios por vuestro trabajo. ¿Cómo recibís estas críticas tan positivas? ¿Os lo esperabais?
Es una alegría, por supuesto, pero tenemos que ir poco a poco. Nos hace falta rodaje, pero me apetecía que la gente pudiese escuchar ya el disco y les fuésemos enganchando. Tenemos que ser muy humildes. Queremos empezar a movernos, que el público nos vaya conociendo y les gustemos. Creemos que entra muy bien porque tiene un código muy cercano al jazz y es muy accesible. Estamos deseando que vayan pasando los meses y dar un paso más.
Habéis apostado muy fuerte por Internet y las redes sociales. De hecho, fuisteis avanzando las canciones del disco a través de ellas.
Queríamos crear cierta expectación antes del disco y ahora las redes sociales tienen una importancia enorme. La compraventa de discos está en un momento complicado por la propia cultura del público y la situación del negocio musical. Creemos también en los discos físicos, es algo bonito, algo para tener de recuerdo. Hay un cierto sentimiento de coleccionismo que me gusta. Pero nos parecía interesante ofrecer algo diferente con este proyecto.
¿Y por eso apostasteis por YouTube (cada canción del disco tiene su correspondiente video en que muestra cómo fue esa grabación en el Náutico)?
Queríamos ir presentando nuestras canciones poco a poco y en el mismo sitio. Que la gente pudiese ir compartiendo los videos e ir generando expectativas. Visualmente es una herramienta muy potente. De repente ves un video de una gente que está tocando y te entra por los ojos. Eso se transmite. Los grabó una empresa gallega, Pixelin Photo. Hicimos también con ellos un making off para que la gente viese cómo habíamos planteado todo el proyecto.
"No quiero meterme en temas políticos, pero lo que está claro es que no se presta una atención importante a la cultura"
¿Qué planes tiene DuMMie a corto plazo?
Hasta ahora solo habíamos tocado en Madrid. Galicia es nuestra primera salida. Lo que queremos es ir tocando, ir enseñando lo que hacemos. Hemos estado ocupados porque además de DuMMie tocamos con otros artistas. Poco a poco le iremos dando más prioridad a esto. Para otoño queremos arrancar con fuerza. Acercarnos más a los medios, trazar un plan de trabajo para lograr que nos vaya conociendo más gente e ir tocando más, sobre todo en salas pequeñas y teatros, porque nuestra música encaja muy bien en ellos.
¿Y cómo lo veis teniendo en cuenta la situación actual de la música?
La crisis te afecta más o menos en función de la situación de cada uno o según de qué ciudad seas. Ser de Madrid, por ejemplo, te permite entrar en contacto con otras bandas, compartir proyectos. Pero aún así es difícil por el valor que se le da a la profesión y a las salas de conciertos hoy en día. Probablemente llevemos ya tiempo así, pero esto va a peor.
Madrid ha perdido el festival de jazz que tenía, las salas se cierran por problemas de financiación Ahora cierra el Café Central, después de 32 años programando música 365 días del año. Y no hay apoyo alguno por parte del ayuntamiento o del Gobierno. No quiero meterme en temas políticos, pero lo que está claro es que no se presta una atención importante a la cultura. No se invierte absolutamente nada en ella. Es muy triste
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