La Policía ratifica que las vigilancias a la red de 'O Mulo' sostienen las acusaciones por un alijo de 1.245 kilos de coca
Por Natalia Puga
Los agentes de la Policía Nacional que investigaron a la red presuntamente liderada por Rafael Bugallo Piñeiro, 'O Mulo', e interceptaron 1.245 kilos de cocaína en el buque 'Coral I' en enero de 2015 ratificaron ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Pontevedra que juzga los hechos todas las pruebas e indicios que les llevaron a su detención, afianzando las tesis que sostiene la Fiscalía para pedir que los 17 acusados en la causa sean condenados a a un total de 336 años de prisión.
El juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia incluyó este jueves la declaración del policía instructor del atestado y este viernes a uno de los agentes que investigó a la red en los primeros meses de indagaciones. Este policía, que dejó el caso en mayo de 2014 y lo retomó en enero de 2015 tras la detención de los acusados, ratificó su convencimiento de que la organización desmantelada estaba "preparando una operación de tráfico de drogas".
El policía se basa en diferentes cuestiones como las "medidas de seguridad" que adoptaban 'O Mulo' y otros de los acusados y toda la actividad que desarrollaron durante meses alrededor de una nave de Cabana de Bergantiños en la que reformaron una planeadora que, según el fiscal, tenían intención de utilizar en la operación de tráfico de drogas que pretendía introducir en las costas gallegas la droga intervenida en alta mar en el 'Coral I'.
Este agente, además, insistió en que toda la investigación contra esta red de presuntos narcotraficantes se basa en una serie de vigilancias y seguimientos y no en la sonorización de la furgoneta Renault Scenic en la que se desplazaba 'O Mulo' que los abogados defensores de los acusados ponen ahora en cuestión. El propio fiscal del caso, Pablo Varela, reconoció al inicio el juicio que esa sonorización puede cuestionarse a la vista de la jurisprudencia posterior existente en los tribunales Supremo y Constitucional.
La Sección Segunda de la Audiencia está juzgando a la red presuntamente liderada por 'O Mulo' desde el lunes y este viernes vivió la quinta sesión del juicio. Está previsto que se retome el próximo martes 15 de mayo con las declaraciones de más policías y posteriormente, en sesiones cuyas fechas aún no se conocen, con la práctica de las pruebas periciales.
En la sesión de este viernes también pasó por la sala la propietaria de la citada nave de Cabana, que aseguró que se sorprendió cuando la Policía Nacional llegó a realizar un registro en la misma en el marco de la operación Visillo porque no había detectado nada sospechoso en el comportamiento de las personas que se la alquilaron y de las que acudían de forma regular a trabajar a la misma durante los tres años de contrato.
Pasaron también ante el tribunal que preside Xosé Xoán Barreiro Prado el responsable de la empresa que alquilaba algunos de los vehículos en los que se desplazaban los ahora acusados y trabajadores de empresas a las que contrataron sus servicios. Con sus testimonios se puso sobre la mesa todo el entramado que se mueve alrededor de una operación de tráfico de drogas sin que muchas de las personas a las que contrata tengan conocimiento de los fines ilícitos perseguidos.
Así, prestó declaración el responsable de una empresa contratado por Jaime Iván Bolados, supuesta mano derecha de 'O Mulo' para conectar una serie de sistemas en la embarcación que se estaba reformando en Cabana. Se trata de dispositivos "sonar" que ya estaban instalados en ese buque, pero que faltaba conectar definitivamente. Su testimonio permitió poner sobre la mesa que la organización ya tenía en el año 2012 una embarcación que "estaba 100% operativa para salir" al mar, si bien no se ha concretado si se trataba de la misma que presuntamente pretendían usar para llegar a recoger la droga del 'Coral I'.
Este hombre reconoció ante el tribunal que la actitud de Jaime Iván ya le hizo sospechar que se estaba realizando algún tipo de actividad ilícita, pues, por ejemplo, cuando le recogió para ir a la nave a realizar estos trabajos, le pidieron que apagase el teléfono móvil. Este hombre, de hecho, evitó dos años después, en diciembre de 2014, responder a las peticiones de este acusado para que realizase una serie de reparaciones en una embarcación, presuntamente sí la que iban a utilizar para el 'Coral I' y que los acusados sostienen que no estaba lista para utilizarse.
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