El "nuevo" puente de A Barca estrenará marquesina e iluminación pero, por ahora, con las mismas aceras
Por Alejandro Espiño
El puente de A Barca estrenará su nueva imagen antes de que acabe 2018. Esa es, al menos, la previsión de la Xunta de Galicia, que este martes ha presentado un proyecto de rehabilitación que costará 1,2 millones de euros. Se centrará, fundamentalmente, en el cambio de una marquesina visiblemente deteriorada y en la instalación de una nueva iluminación.
Con esta actuación, el gobierno gallego busca aportar al puente una mejora funcional y estética que permita prolongar la vida útil de esta infraestructura "estratéxica" para Pontevedra y Poio, corrigiendo las "deficiencias" detectadas en el análisis realizado "polo miúdo", según ha explicado la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez.
Así, los trabajos supondrán la renovación de la marquesina que protege las aceras. Se construirá una nueva estructura de madera, que incluirá un tratamiento protector especialmente diseñado para evitar la acumulación de agua. La cubierta será de aluminio, un material más duradero y que impedirá que se produzca un rápido deterioro.
Además, se acometerán otras acciones de conservación en el propio puente como el sellado de las fisuras, el cambio del sistema de evacuación de agua, la reparación del alcantarillado o el repintado de toda la estructura.
El tercer gran eje de este proyecto será la iluminación. La Xunta apuesta por renovar todo el sistema, tanto del puente como de la carretera que lo atraviesa, instalando proyectores LED, que mejorará la estética y realzará su estructura, logrando de paso una mayor eficiencia energética y un ahorro considerable en el consumo eléctrico.
Las obras, que tienen un plazo de ejecución de cinco meses, ya han sido licitadas en el Diario Oficial de Galicia. Las empresas interesadas tendrán de plazo hasta el próximo 7 de marzo para presentar sus ofertas. El gobierno gallego espera poder adjudicarlas antes del verano.
El proyecto, ha añadido Ethel Vázquez, tiene sello "100% galego" y fue realizado por una empresa de ingeniería especializada en estructuras. Su responsable, Antonio González Meijide, ha detallado cómo serán estas obras. Se realizarán en una única actuación para "minimizar" las molestias a los usuarios, tanto peatones como vehículos.
El autor del proyecto ha explicado que, inicialmente, se iba a reparar tan solo la estructura de madera, podrida en algunos puntos y afectada por diferentes plagas, pero los análisis previos realizados por los técnicos mostraron que su reparación era "poco aconsejable", por lo que se optó por realizar una actuación integral.
Las obras, en todo caso, se compatibilizarán con el uso del puente y no provocarán su cierre. Al menos, de forma total.
La reforma comenzará con la retirada de la cubierta de uno de los lados, se instalará una plataforma para que los operarios puedan trabajar con seguridad. Solo será necesario ocupar una acera y parte de un carril de tráfico. No se actuará en el otro lado del puente hasta finalizar por completo la primera parte.
PONTEVEDRA Y POIO PIDEN ACERAS MÁS ANCHAS
Lo que, por el momento, no se hará será ampliar las aceras, tal y como solicitaban los ayuntamientos de Pontevedra y Poio. Ambos han mostrado su malestar porque el proyecto de rehabilitación del puente no haya sido presentado antes a los técnicos municipales, para poder presentar sugerencias a un proyecto que celebran, pero que les gustaría modificar ligeramente.
César Mosquera y Carme da Silva, por parte de Pontevedra, han pedido la ampliación de las dos aceras en un metro por cada lado, al entender que el ancho de la calzada permite esta actuación y mantener al mismo tiempo los dos carriles de circulación. El alcalde de Poio, Luciano Sobral, se ha sumado a esta petición.
Los dos ayuntamientos entienden que esta medida aumentaría la accesibilidad del puente en donde, actualmente, no se puede transitar con comodidad por la estrechez de unas aceras en donde, han recordado, "non caben dous carros de bebés, dúas cadeiras de rodas ou dúas persoas con paraugas ao mesmo tempo".
La Xunta se ha comprometido a estudiar la medida cuando se ejecute el proyecto, aunque citando informes técnicos ha puesto en duda la viabilidad de esta actuación.
Lo que sí está descartado, al menos por ahora, es que el puente de A Barca pase a contar con un sentido único. El gobierno gallego entiende que esa medida implicaría un consenso entre Pontevedra y Poio "que agora non se dá" y la posterior transferencia del puente a los ayuntamientos, algo que éstos descartan.
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