Puesta a punto del vivero de Pazos y Rebordelo, en Ponte Caldelas
Por Redacción
El vivero de Pazos y Rebordelo, en Ponte Caldelas, está siendo objeto de una completa actuación de mejora para garantizar su conservación y mantenimiento. El Concello puso en marcha en los últimos días trabajos de limpieza, drenaje del terreno, acondicionamiento de los caminos, reparación de un muro de contención y de la presa, así como de las gavias y canales de conducción.
La actuación forma parte de una apuesta del gobierno local de Ponte Caldelas por la conservación de un lugar de un alto valor paisajístico y natural. Además, es utilizado aún por muchos vecinos como lugar de ocio durante los fines de semana, aunque desde la prohibición de las barbacoas al aire libre la afluencia ha mermado notablemente.
En concreto, el Concello acometió una limpieza de toda la maleza para dejar todo el espacio en perfecto estado de revista de cara a la primavera y el verano. El alcalde, Andrés Díaz, visitó los trabajos de mantenimiento y reparación y anunció que en el futuro planea un rareo y tala de las ramas muertas para sacar todo el partido de la belleza de uno de los antiguos viveros forestales del pasado siglo más esplendorosos de Galicia.
Díaz manifestó el orgullo que supone para Ponte Caldelas contar con un espacio de estas características que, "sin duda, es fruto de una política forestal, la de 100 años atrás, mucho más sensible y planificada que la actual, que consiste en la eucaliptización salvaje de todos los montes gallegos y en el abandono de la gestión forestal y de la prevención como herramienta para luchar contra el fuego".
El vivero, situado a medias entre Pazos y Rebordelo, cuenta con una plantación de cedros realmente notable, así como algunas otras especies como falsos laureles y tullas. Muchos de los ejemplares tienen ya un siglo de vida. El espacio se salvó repetidamente de las últimas oleadas de fuegos de los años 2006 y 2013. En su entorno se aprecia ahora el impacto sobre los eucaliptos y pinos de los incendios del pasado mes de octubre, mientras que sus árboles centenarios se salvaron siempre del desastre.
La zona ya fue acondicionada en 2015 después de años de abandono.