El acusado del doble crimen de Arbo, al jurado: "Soy inocente. Jamás mataría a nadie"
Por Alejandro Espiño
Esa fue la contundente frase con la que Arturo Domínguez, el acusado por el crimen de Arbo, quiso dirigirse al jurado al término de la vista oral. "Soy inocente. Jamás mataría a nadie", ha asegurado, negando haber disparado en la cabeza a Beatriz Domínguez, su expareja, y al novio de ésta, Sergio Rodríguez, cuyos cadáveres aparecieron en un monte de la localidad.
El jurado comenzará a deliberar su veredicto a primera hora de este martes.
Para el fiscal, que solicita 46 años de prisión por este doble asesinato, "no hay duda" de que el acusado asesinó "brutalmente" a Sergio y Beatriz. Lo hizo, ha añadido, en una zona boscosa y "poco frecuentada" y sin que ninguna de las víctimas tuviera posibilidad alguna de defenderse.
"Los acechó y de un certero disparo, hecho por alguien experimentado, les voló la cabeza, primero a Beatriz y después a Sergio", ha señalado el representante del ministerio público.
En su informe de conclusiones, el fiscal hizo referencia a las "contradicciones" en la declaración del acusado, a su negativa a colaborar con la investigación, a las declaraciones de los testigos "incluidos sus amigos" que refirieron sus malos tratos o al hecho de que "sabía perfectamente" los hábitos de Beatriz porque había estado siguiéndola "durante meses", ya que quería tener un "control absoluto" sobre su expareja.
Con todo ello, de forma conjunta, "no necesitamos nada más" para demostrar su culpabilidad.
El abogado de la acusación particular, que representa a las familias de las víctimas, ha asegurado que hay "pruebas aplastantes" contra el acusado y que este crimen "se veía venir".
Fue la "crónica de una muerte anunciada" y, más allá de los argumentos de la Fiscalía, ha explicado que la "puntilla" fue la falta de coartada de Arturo Domínguez, al que las antenas de telefonía sitúan en Arbo a la hora en la que se cometió el crimen y no en su domicilio de Padrenda (Ourense) como alegó ante el tribunal.
"A todas luces se ha demostrado que esa coartada es falsa", ha señalado el letrado, que solicita 50 años de prisión para el acusado, junto con la prohibición de comunicarse o acercarse a menos de 300 metros de los familiares de las dos víctimas durante 33 años y que sean indemnizados por el doble asesinato.
El abogado de la defensa, por su parte, ha reiterado que Arturo Domínguez debe ser absuelto de todos los cargos, ya que ha destacado que existen "pruebas objetivas" de que el acusado "no cometió los delitos que se le atribuyen".
Así, ha recordado que no se encontraron restos de pólvora ni en las manos del acusado ni en la ropa que llevaba el día del crimen y que, según los indicios, los asesinatos no se habrían cometido antes de las cuatro de la madrugada. "A esa hora estaba ya en su casa de donde no salió hasta las seis de la mañana", ha añadido, antes de volver a sembrar las dudas sobre presuntas irregularidades en la fase de instrucción.
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