Hay fórmulas en la vida para lograr unos objetivos. Esfuerzo, sacrificio, constancia, ímpetu... suelen ser buenos aliados si se tira por el camino menos cómodo y cada día parece que menos aconsejable. Esos aliados los maneja con soltura el invitado de esta Playlist de PontevedraViva Radio.
Varito era un niño de Salcedo que se levantaba de madrugada para ayudar a sus padres en la finca y después marchaba hacia la escuela para cumplir también con estas obligaciones. Como tantos de su generación se divertía con juegos muy sencillos y se imaginaba como vaquero, al estilo de aquellos de Bonanza que veía en una tele de la parroquia, pero en lugar de subir a caballo, Varito se subía a una cerda.
Con ocho años, en una chiquillada con su prima, se pilló la primera y única borrachera de su vida. Tenía un don para el deporte. Al fútbol, lo mismo destacaba como portero que como goleador. Con 14 años quiso ser boxeador, pero como no conseguía que le dieran la pertinente licencia, decidió a los 16 subirse a la bicicleta. Evaristo Portela Acuña ganó su primer premio en Monte Porreiro y aquella noche, durmió con el trofeo.
El director deportivo del G.D. Supermercados Froiz concluye que para ser un buen ciclista hay que "tener actitud y alguien que te guíe bien". La experiencia, que es la madre de ciencia, es quien se lo inculcó. Un hombre de valores, de esos que no cotizan en Bolsa, pero que enriquecen como persona. Valores que heredó de Evaristo y Josefa, que ha transmitido a sus hijas, que transmite a sus pupilos deportivos y que aplica igualmente en su trabajo - sí, le queda tiempo para "su" otra empresa, Campofrío -.
Tenía y tiene un don para el deporte y otro para ir por la vida: don Evaristo. Aunque, seguro, que él dirá que este último don sobra.