El reencuentro de Ferrera y Fígaro
Por Marisa Ciordia & Diego Torrado
Podía ser la tarde de "FF" (y no por la presencia de Fernando Fernández Tapias, que es habitual en la plaza pontevedresa) sino por la presencia de Ferrera y Fígaro. Antonio Ferrera que regresaba a este ruedo después de nueve años de ausencia y una temporada, ésta, de relumbrón, resultaba un atractivo. Y Fígaro, el cuarto toro de Alcurrucén, segundo de su lote, y que resultaba ser de la reata de Fígaro, el astado que había indultado en esta misma plaza en 2003.
Pudo ser y no fue. Aunque para el extremeño el resultado final sí fue el que cualquier torero aguarda, abrir la puerta grande. Una puerta grande que se la abrió el primero de la tarde. La faena que iniciaba la feria arrancó con susto, tras salir Clarinete al ruedo, en los primeros lances de capote, Ferrera sufría un revolcón que quedó en susto, aunque el resto de la tarde parecía resentirse en una pierna.
Entramos en terreno de división de opiniones: las del público que acudía con ganas por ver a ese Antonio Ferrera que comenzó a desplegarse en 2013 con más toreo y menos espectáculo y el que acudía con la intención de ver al diestro que recordaba por sus piques en banderillas con el Fandi. Y quedó satisfecho el segundo. Personalmente lo lamentó porque, primero y sin ánimo de desmerecer, el maestro se acompaña a los palos de José Manuel Calvo Montoliú y de casta le viene al galgo. Y además, porque en plazas de segunda también se quiere ver ese torero que merecidamente ha demostrado cómo ser reconocido como triunfador de la feria sevillana, por ejemplo.
La cosa es que cogió los palitroques y aseguró trofeo. En el tercio de muleta sumó aplausos y con una estocada entera, enseguida tiñó los tendidos de blanco. Las dos primeras orejas de la tarde cortadas y sin el rogar del público. Así quedó amarrada la salida a hombros porque el descendiente del "Fígaro" que había indultado en 2003 se rajó. Con este segundo de su lote arrancó la faena de muleta de rodillas desde la proximidad de las tablas hasta los medios. Y partir de ahí, el de Alcurrucén comenzó a rajarse. Fin de la historia. Un pinchazo y estocada entera.
"EL JULI" A HOMBROS POR TERCER AÑO CONSECUTIVO
En la salida triunfal hubo otro nombre, el de Julián López "el Juli". Una oreja con el segundo de la tarde. Humilló a "Despierto" con unos hondos derechazos y largos naturales, y aunque por momentos el astado quería arrimarse a las tablas, lo supo frenar pegándole el percal. Mató a la primera, a la suerte natural y con media estocada, pero bien certera. Se mantuvo la petición de oreja hasta que asomó el pañuelo por el balconcillo de presidencia, tardó, tanto que el alguacilillo tuvo que salir a detener a los mulilleros que ya se adentraban por la puerta de caballos en el arrastre.
Parecía disfrutar el madrileño en la faena con "Halcón", más diverso en los quites y más insistente por el pitón derecho. En el acierto con el acero estaba la puerta grande: necesitó emplear la espada de cruceta tras una estocada casi entera. Y lo consiguió, otra oreja, por tercer año consecutivo "el Juli" no pisaba el suelo para salir de San Roque.
Otro de los desilusionados de la tarde estaba en el ruedo. Andrés Roca Rey se llevó lo peor de la tarde, y no en referencia a los lotes de Alcurrucén; sino al critero de la presidencia. El peruano se mostró con el capote - sin olvidarse del sello que ya ha puesto a las tafalleras-, se mostró igualmente con la muleta, destacando unos aplaudidos estatuarios en el epílogo de su primera faena.
Y la estocada, ¡qué estocada!. Ese grito que lanzó mientras se lanzaba en la suerte suprema hacia "Afectuoso", bien lo hubiera repetido mientras miraba incrédulo hacia presidencia. Le concedieron una oreja y pese a la tremenda petición de la segunda, no hubo manera. Su apoderado, José Antonio Campuzano ya le avanzaba con la cabeza, que no había nada que hacer y así fue. Seguidamente vino la bronca del público.
Para cerrar la tarde, le dejó a la afición su impronta en los quites por gaoneras y chicuelinas. E insistía en la búsqueda de apéndice. Casi rematada la faena de muleta, lanzó el acero a la arena y se despachó con una tanda de pases sin ayuda, o de luquesinas (cosecha de Daniel Luque, y de ahí su nombre). Trataba de cambiar a "Teclero" de posición para entrar a matar cuando sonó el primer aviso. Pinchó y mató al segundo intento. Fue a por el descabello, pero retó al tiempo antes de clavar la cruceta y el animal cayó sin necesitar descabello. Se pidió oreja, pero injustamente, se le escapó su segunda puerta grande en Pontevedra.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de San Roque, Pontevedra. Primer festejo en el abono de Feria de la Peregrina. Tres cuartos de entrada. Se abre puerta grande para Antonio Ferrera y Julián López "el Juli".
TOROS DE ALCURRUCÉN: (procedencia Núñez. Divisa azul celeste y negra. Señal, hendido en ambas orejas). 1º Clarinete, castaño, 515 kilos y cuatreño. 2º Despierto, colorado, 525 kilos y cuatreño. 3º Afectuoso, colorado, 515 kilos y cuatreño. 4º Fígaro, castaño bragado, 48 kilos y cuatreño. 5º Halcón, negro, 490 kilos y cuatreño. 6º Teclero, castaño claro meano bragado, 505 kilos y cuatreño.
ANTONIO FERRERA: Dos orejas en el primero y aplausos en el cuarto. Salida a hombros.
JULIÁN LÓPEZ, "EL JULI": Oreja en el segundo y oreja en el quinto. Salida a hombros.
ANDRÉS ROCA REY: Una oreja en el tercero con fuerte petición de la segunda y aplausos en el sexto.
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