Leoncio Feijoo Lamas
La época de Ence
Se cumplieron los cincuenta años de la inauguración oficial de la fábrica de pasta de celulosa instalada en Lourizán.
Esta efemérides tiene mucho que ver con la política "desarrollista" ejecutada a finales de los años cincuenta por la Dictadura de Franco. Quizás en Pontevedra los ejemplos más representativos de esta época sean, además de la citada pastera, la instalación de la fábrica de La Cros en Alba, Pontesa, en Ponte Sampaio, o mismamente Tafisa a orillas del Lérez. Obviamente que desde nuestro punto actual a todos nos parecen fábricas contaminantes y aun lesivas para el dominio marítimo.
No obstante esta industrialización produjo cambios sin precedentes en nuestra ciudad, empezando por el aumento demográfico. Surgieron así nuevas urbanizaciones como Ponte Muiños o San Antoniño, así como otros edificios singulares de difícil encaje urbano como pueden ser el del "Gónviz" o el de "Las Torres". La inauguración de la nueva estación de ferrocarril en 1966, traería como consecuencia el proyecto del nuevo barrio de Campolongo como zona residencial.
Y como se extendió el seguro obligatorio, también hubo que poner en funcionamiento el edificio del Ambulatorio lindante con la Alameda.
Pero los cambios socioeconómicos aquí pasamos de dos parroquias medievales a la creación de la de San José y la Virgen del Camino en 1960 se notaron también en el aperturismo del Régimen. Así se recuperó precisamente en 1963 el "Diario de Pontevedra" o se permitió un año más tarde el Ateneo. Con el desarrollo turístico se levantó un hotel que tenía que llevar el nombre de una nueva región geoturística: Rías Bajas.
Dentro de los avances en el plano cultural y educativo son buenas muestras de esa época, el edificio "Fernández López" del Museo a finales de la década vendrían las bienales de arte la edificación de las Escuelas de Magisterio, y más tarde la Residencia de Estudiantes de la Caja de Ahorros.
Y que decir del plano deportivo. Desde el nacimiento del club Cisne, hasta la puesta en marcha del Estadio de la Juventud y un poco después el Pabellón de los Deportes, obra de De la Sota.
Precisamente el año que se inauguró Celulosas, en una Pontevedra de "Cuéntame" que empezaba a moverse en seiscientos, el Pontevedra Club de Fútbol ascendía a primera división.