Alberto Argibay
Gatos y cerveceros universitarios
Resulta verdaderamente curioso, el escenario que se ha creado alrededor del Pontevedra S.A.D. desde la aparición de la plataforma Acción Granate.
En cualquier sociedad madura, en cualquier colectivo con espiritu democrático, renovarse, debatir, inyectar nuevas ideas, comprometer nuevos principios, debería ser enriquecedor y provocar un cambio de actitud positivo.
En tiempos de una fuerte crisis social, económica e institucional que puede llevar a la parálisis de la sociedad, generar una alternativa, debería ser un ejemplo de orgullo, puesto que ello significa pluralidad, debate y en definitiva crecimiento, pero hay quien no parece entenderlo, o simplemente no le interesa hacerlo.
En los primeros movimientos y acciones del colectivo, un presidente ignorante y atrevido, de cuyo nombre no quiero ni acordarme, dijo de ellos "son cuatro gatos de Furia Granate". ¡Que grave error subestimar a quien piensa diferente, e infravalorar a la Furia Española (no hay nada que más motive al ser humano que le hieran su orgullo)!, pero no sorprende viniendo de alguien que tiene la amenaza e intimidación como mensaje o bandera.
A medida que las acciones de la plataforma fueron tomando visibilidad y protagonismo social, desde algún periódico se llego a decir "yo no le doy cobertura a unos cerveceros". Pero es que resulta que esos gatos y cerveceros han mostrado un gran orgullo en la defensa de su club, con un gran sentido del compromiso en estos momentos difíciles, seduciendo a la afición con su rebeldía, provocando una voluntad real de cambio, Quizás nos olvidamos que nuestros jóvenes maduran, tienen un corazón puro, no están viciados por intereses, y sobre todo, que muchos de ellos han ido a la universidad.
Nuestros ilustres analistas parece claro que ni lo uno ni lo otro.
Con el paso del tiempo han surgido nuevas acciones y tras la presentación del proyecto Acción Granate 50+1 nuevos protagonistas se han incorporado al escenario, llevando el debate al terreno político, ante el miedo a que se construya un nuevo orden.
Hemos dejado muy claro en nuestra presentación cuales son nuestros objetivos, y por encima de todos prevalece el buscar la cohesión entre accionistas mayoritarios y los accionistas minoritarios que constituyen la base de la masa social. Tenemos la capacidad y la oportunidad de generar un proyecto participativo y renovador que implique a toda la masa social en la recuperaciòn de la institución y la necesidad de encontrar un nuevo modelo de gestión que lo haga sostenible.
Sin embargo, no hemos podido evitar la aparición del "síndrome del Borussia", o lo que es lo mismo, el miedo del poder a perder el control, de quienes lo obstruyen, demostrando un especial complejo de inferioridad , una alarmante falta de criterio, llevando el debate a un nivel tabernario.
Mis profesores me enseñaron que en un proceso de toma de decisiones es preciso saber conjugar tres factores: información, conocimiento y sabiduria.
Creo que por parte de los representantes de las instituciones públicas, cuando se hace un juicio de valor sobre la presentación del proyecto 50+1, así como de sus principios, no se han tenido en mente ninguno de estos factores.
Porque cuando la información te llega llena de toxinas y por parte de quien no tiene ningún interés en que el proyecto crezca, te expones a tomar una posición poco inteligente, poco sabia, y sobre todo, injusta.
Si hay algo que me preocupe de esta situaciòn es lo siguiente:
A) El apego al poder que tienen algunos consejeros, así como su incapacidad para reconocer que su tiempo y su oportunidad de organizar el club tocó a su fin.
B) El poco talante democrático que se muestra desde las altas esferas, intentando un cambio velado y poco transparente, debe ser el "efecto Parador".
C) El miedo al cambio, que es regenerador y terapéutico, así como el miedo a la profesionalización de la organización.
Por todo ello, antes de hablar de gestión deportiva es necesario hablar de principios. Debo reconocer que nunca le he reconocido autoridad moral al ex-presidente Mauricio Rodríguez, porque no soy partidario de que quien presida el Pontevedra S.A.D. lo haga de un modo velado y sin un proceso previo de presentación de un proyecto de club.
En cualquier gestión, sea empresarial, política o deportiva, hay aspectos paralelos y uno de ellos es inaceptable, el BALANCE DE RESULTADOS:
- Un equipo en el peor momento deportivo de su historia reciente.
- Un presidente cuyas actitudes y decisiones rayan la legalidad.
- Ausencia de un proyecto deportivo de futuro que genere más valor.
- Una fractura social elocuente.
- Un club inviable e insostenible económicamente.
Todo ello con unos resultados categóricos reflejados en el proceso de ampliación de capital. En 2007 más de 1.400 aficionados acudieron al proceso de formación y capitalización del Pontevedra S.A.D. Seis años después sólo 43 accionistas han dado el paso pese a tener el precio simbólico de 1 euro.
Por eso es necesario que el Consejo haga un ejercicio de autocrítica, y dé un paso al costado para regenerar la sociedad.
Su "proyecto IN": Incoherencia, Incompetencia, Incapacidad... no tiene ya más sentido.
Digo incoherencia en cuanto a que no se puede faltar al respeto por la mañana al aficionado que apoya a Acción Granate (vease las declaraciones del ex-presidente Mauricio Rodríguez ) y a mediodía pedir un esfuerzo para comprar acciones.
Digo incompetencia porque la profesionalizaciòn es el único camino posible, junto a una mayor penetración social del aficionado, ya que un club de fútbol es una cultura, nunca un producto.
En cuanto a la incapacidad la respuesta sale de un modo natural: Balance de resultados.
Con semejantes antecedentes, no tienen sin embargo reparos en descalificar un proyecto surgido de la voluntad de los accionistas de base, desarrollado por 16 profesionales que han querido contribuir de una manera altruista a organizar las ideas y demandas del aficionado en un proyecto. Me parece una falta de respeto, aunque ya nada me sorprende, y luego dirán que somos unos rebeldes que boicoteamos el proceso de ampliacián de capital.
A los aficionados, a los abonados y a los accionistas tenemos que decirles que vamos a seguir luchando por un cambio, con el entusiasmo de estos jóvenes "locos" que pretenden remover la conciencia de los dirigentes, pero que sobre todo, están "locos por el Pontevedra CF" y además saben lo que quieren.
Porque además es el compromiso que han adquirido con el socio de más de 52 años de antigüedad que se adhiere a su Plataforma, con la peña Siempre Granates de más de 80 miembros a la que se ignora, con la familia en donde siete miembros de han dado de baja como abonados, por el socio de más de 40 años que dice "aquí se habla mucho pero nunca cambia nada". Le doy la razón porque es una sabia lectura, pero tenemos que decirle que justo nuestro compromiso debe ser ese luchar para generar un cambio sostenible.
Todos ellos están deseando volver a Pasarón, que se les estimule, que les devuelvan la ilusión; en definitiva, quieren volver a emocionarse con su equipo porque eso es el fútbol en su esencia.
Mientras unos proponen seguir varios años más en Tercera División, otros proponemos lo contrario, poner la sociedad en valor, reorganizarla y llevarla a una categoría que la haga sostenible. Tenemos un proyecto y un equipo de trabajo, pero sobre todo estamos unidos por un sentimiento muy fuerte de ahdesión al club por todo lo que significa en la historia deportiva de esta ciudad. Mientras, en frente tenemos un consejo dividido, un "matrimonio de conveniencia" que no se quiere sino que se soporta y que amenaza con proteger a una candidatura que busca utilizar el Pontevedra S.A.D. como lanzadera política.
¡Que locura!, el fútbol nunca te da votos, sin embargo fácilmente te los quita, y al final el fútbol siempre es justo porque pertenece al ciudadano que es sabio y te acaba poniendo en tu lugar, sólo es cuestión de tiempo.
Seguiremos reclamando neutralidad, respeto, y sobre todo, un debate abierto, aunque a algunos no les interese, hasta el día que se den cuenta que el cambio es ya inevitable.
08.07.2013