Leoncio Feijoo Lamas
Sobre el nuevo plan de urbanismo
Sin duda que la elaboración del plan de ordenación municipal es el documento y el acto político más importante que puede desarrollar una corporación local.
Su complejidad administrativa y técnica, la incidencia de la ordenación del territorio sobre los vecinos y la vocación temporal de su vigencia, así lo atestiguan. Nosotros en Pontevedra tenemos un plan general que se elaboró en la segunda mitad de los años ochenta y que entró en vigor en 1990, siendo alcalde Rivas Fontán. A aquella corporación se le debe pues, el modelo de ciudad que hoy padecemos o disfrutamos, porque un "modelo de cidade" es algo más que un plan de aceras o un bando sobre peatonalización.
Pero como todo en esta vida tiene su tiempo, transcurridos más de veinte años, habiendo cambiado los criterios legales sobre ordenación territorial, y sobre todo, la realidad socioeconómica, se hace precisa e inaplazable la elaboración de un nuevo plan.
¿Por qué no sale adelante el nuevo plan general de Pontevedra? Hay dos razones objetivas que justifican la paralización del plan, ya existente técnicamente, pues la redacción de su documento fue hace tiempo adjudicada a una empresa consultora
De una parte la persistencia del grupo político del alcalde en sus concepciones ideológicas radicales, caso del BNG, que se niegan a aceptar las aportaciones regladas que necesariamente deben hacer otras administraciones públicas, en este caso la Xunta de Galicia. Habría que recordar que los planes, son al menos instrumentos bifásicos donde concurren competencias municipales y autonómicas, teniendo en todo caso la última palabra decisoria la Xunta de Galicia. De ahí que en reiteradas ocasiones, con una manifiesta deslealtad institucional y incurriendo incluso en fraude de ley, se nieguen desde la concejalía pontevedresa precisamente a aceptar los nuevos condicionantes legales, recogidos en todas las disposiciones autonómicas. Si la ley dice que hay que rebajar la edificabilidad, pues habrá que aceptar esos parámetros, si la norma dice que un solar de ciertas características reúne la condición de polígono industrial, pues habrá que pasar por esa disposición
En segundo lugar, como ya indicábamos, los planes son instrumentos muy complejos, donde se requiere la presencia y audiencia de los administrados. Aun por encima la función del plan es regular y limitar los derechos y expectativas urbanísticas de los particulares, apareciendo figuras como las cesiones, expropiaciones, permutas, etc, creando en todo caso diferentes situaciones jurídicas de diversa trascendencia. Es decir, que se genera muchas veces un malestar social que el BNG no está dispuesto en absoluto a asumir electoralmente. Ellos vinieron a Pontevedra a hacer el amor y no la guerra, y prefieren lo viejo conocido a lo que pueda venir, así se arruine el futuro de la ciudad.
Aclarado lo anterior, que es ante todo un fracaso político estrepitoso, parece ser que tanto el grupo de la oposición, el PP local, como el minoritario socio de gobierno, el PSOE, pretenden ahora desatascar este trascendental asunto mientras el concejal de urbanismo del BNG ya se ha declarado incapaz de sacar adelante el plan y ha cedido incluso sus responsabilidades y competencias a los citados partidos.
Que traducido a la teoría política no es otra cosa que toda una moción de censura en mayúsculas.
11.06.2013