Manuel Pérez Lourido
Política y droga
Leo que un político conservador alemán se fumó un porro que le ofreció ante las cámaras un periodista alemán. Hemos tocado fondo. Si los alemanes se echan a la droga, ¿qué es lo que tendrían que estar haciendo nuestros gobernantes?. ¿Se imaginan a Rajoy con un peta del tamaño de uno de esos puros que se despacha?. ¿Y a Artur Mas anunciando la urgente necesidad de que Cataluña se independice mientras se tienta la vena con una jeringuilla?. Uno lee las declaraciones de Aznar intentando emponzoñar las aguas ya revueltas y se lo imagina esnifando de todo después de los abdominales... En cuanto al ministro Wert... a este seguro que le fallan los camellos. Le pasan material en malas condiciones un día sí y otro también, y así no hay manera. Las crisis son generadoras de una gran demanda de psicotrópicos pero a uno le cuesta aceptar que la clase política entre en el vicio de una forma tan poco decorosa.
No sería descabellado pensar que alguien podría llegar a concebir la idea de calmar a los estafados con las preferentes con unas dosis de cannabis, aunque no descarto que ya se estén suministrando en los procesos de arbitraje. Mediante estos, el mismo banco o caja que le estafó a uno se asegura de que usted, salga resarcido o no, ya no podrá reclamar por vía judicial alguna. Ni siquiera por vía extrajudicial. Ni siquiera por vía alucinógena. Hay casos y cosas que lo llevan a uno a la droga, quiera o no.
El señor Rato, hasta hace poco presidente (no bedel, ni ascensorista) del FMI aparece como imputado por el caso Bankia. El y otros 31 perroflautas tendrán que responder por presuntos delitos de estafa, administración desleal, apropiación indebida, falsificación de cuentas y maquinación para alterar el precio de las cosas. (Esto último suena tenebroso que te cagas). Se admiten apuestas sobre la posibilidad de que no se vayan de rositas, aunque se pagan muy mal, quedan avisados.
Si a usted, como debía ser, jamás se le había pasado por la imaginación otorgar el más mínimo crédito (por usar términos en sintonía) al FMI o al Banco Mundial, esta noticia no hará sino confirmar sus más deprimentes sospechas. Pero, ¿y si usted se fiaba del poderío y empaque conque estos carteles se presentan, y seguirán haciéndolo, en prensa, radio y televisión?. Si usted ahora se siente estafado, perplejo o simplemente desorientado, acuda a una farmacia de guardia y consiga alivio rápido por vía oral o intravenosa. Ya les llevará la receta otro día.
Supongo que faltará poco para que se despenalice la tenencia y consumo de cualquier sustancia que contribuya a sobrellevar esta cosa a la que llamamos realidad, a la vista de la exhibición que hacen nuestros representantes políticos de su manejo y disfrute. Nosotros, sus representados, tenemos tanto derecho como ellos, o más si cabe, ya que nuestros bolsillos están considerablemente más vacíos que los suyos. Por cierto, ha sido publicada en el New York Times una jugosa lista de políticos, banqueros y otros honorables ciudadanos que tienen cuentas opacas en paraísos fiscales. Algunos han sido mencionados anteriormente. Algunos han formado parte del gobierno de este país e instado a sus ciudadanos a cumplir con sus obligaciones con Hacienda. Me voy a por un pico, aunque sea el de una gallina.