Ramiro Espiño
No disparen al pianista
Qué lejos parece y sin embargo tan cerca…Camino ya de tres años, el 12 de junio de 2015, en la víspera del partido de vuelta de la fase de ascenso a Segunda B que nos enfrentaba al Manzanares, escribía una columna de opinión que titulaba "Este partido sólo podemos ganarlo desde la unidad", en él decía, entre otras cosas, que quedaba un partido y con suerte otra eliminatoria más "para dejar atrás una pesadilla que ya dura cuatro años", la de nuestra triste singladura por la Tercera División.
También decía (y lo mantengo) que "el Pontevedra no tiene una afición, tiene un LUJO DE AFICIÓN que para sí quisieran la mayoría de equipos de Segunda B, Segunda A y hasta algunos de Primera".
Para apuntar igualmente que "Entiendo la desilusión de algunos. Entiendo incluso el cabreo de otros. Acepto las opiniones de aquellos que piden autocrítica hacia los errores cometidos, que los hubo desde principios de temporada, y seguramente abundantes, pero ¿ustedes creen que vamos a conseguir ahora, precisamente ahora cuando más nos necesita nuestro equipo, algo positivo con sacarlos a paseo?"
Pues todo ello vuelve a ser, en mi opinión, más que válido para afrontar la situación actual. El Pontevedra necesita a los suyos. No diré nunca a nadie lo que debe o no hacer (y en esto también me repito), pero yo al menos tengo claro que nuestro sitio este jueves (y los que queden hasta el final de la liga) está al lado del equipo, porque este partido, de esta situación, sólo se salva desde la unidad. Tiempo habrá luego para críticas, si son necesarias.
La situación de los granates, de NUESTRO EQUIPO, EL DE TODOS, es angustiosa, casi desesperada. Algunos se empeñan en que desde los medios de comunicación pidamos cabezas, olvidando que en este momento no queda otra opción que apoyar a los que están, pues son los únicos que pueden sacar al equipo del atolladero. Por eso, no seremos nosotros al menos los que empecemos a disparar contra todo lo que se menee antes de que termine la liga.
Oportunistas y pseudo-granates de nuevo cuño que hagan lo que quieran, pero dando la cara, no amparados en un cobarde anonimato (que por las redes sociales pulula mucho "valiente sin rostro ni identidad conocida"). Y si a alguno no le queda claro lo que pensamos y cómo pensamos, ya les anticipo que, al menos para mí, aunque se consiga la permanencia, cosa que deseo fervientemente, la temporada en lo deportivo será un fracaso, sí, algo de lo que deberán dar cuentas los responsables deportivos de hacer un equipo sin pies ni cabeza gastando bastante más que la temporada anterior: Roberto Feáns, Luismi (el que menos, posiblemente, ya que se encontró con lo puesto) y el mismo Luisito, al que algunos pretenden "santificar" ahora, pero algo tendrá que ver con los fichajes realizados, las bajas concedidas y la mala planificación de un año que comenzó con una pretemporada de la que también tendríamos que hablar, pero todo ello en el momento oportuno.
En las cantinas del Lejano Oeste que se preciaban, siempre había un cartel que advertía: "Por favor, no disparen al pianista". La advertencia no era baladí, que el pobre hombre interpretaba con mayor o menor talento el "Oh, Susanna" para amansar a las fieras…pues estos "pianistas", los actuales jugadores y cuerpo técnico, son los que han de tocar la partitura, con mayor o menor afinación, que nos salve o nos mande de vuelta a las "cantinas" de Tercera, de las que en la ocasión anterior nos costó salir nada menos que 4 largos años.
Remato del mismo modo que lo hice hace tres años, diciendo: Lo único que cuenta ahora mismo es que SOMOS GRANATES ¿o no? y eso es un sello de calidad, pero sobre todo una garantía de que nuestro equipo, como el Liverpool "nunca caminará sólo". Para la crítica, mejor si fuese constructiva, siempre habrá tiempo.