Pedro De Lorenzo y Macías
La Plaza de la Leña, historia y tranquilidad
Fotografías: @Xoan Arco da Vella
El duende, misterio deja a visitantes embelesados. Olvidamos su historia; nos recreamos en su belleza, saboreando seductoras viandas y buenos caldos de nuestro ilustre Dionisius, hermanastro de Apolo.
La Plaza de la Leña seduce por su coquetería. Casas de tipismo gallego, arcos llenos de leyendas, mito de amoríos, de romances, de tradición.
En la Edad Media el gremio de la madera la enamoró. Le dio cobijo. Muchos arrieros, con sus carros plenos de leña; muchas esforzadas campesinas, con sus feixes y cestas de piñas, se reunían. Apaciguaban las necesidades de los habitantes establecidos dentro de la muralla, conocido ahora como Casco Vello. Ofrecían leña para chimeneas, cocinas no contaminantes, confortando a las casas señoriales.
Comerciaban, contaban sus historietas. Se enteraban de los chismes de esta villa. Se hizo tan adorable que la conservaron, resaltando su imagen con diversos eventos.
Casas de ilustres personajes le rinde tributo. El edificio de Castro Monteagudo comunicado con un puente- balcón de inspiración de Daniel Rodriguez Castelao al edificio de Antonio García Flórez, nos brinda la casa – museo de una memorable importancia.
Los edificios datan entre los años 1470. El museo alberga las colecciones de arqueología, orfebrería prerromana y romana, orfebrería popular y civil (colección Fernández de la Mora) y pintura española, italiana y flamenca de los s. XV al XVIII. También tiene instalado el camarote de Méndez Núñez.
Otra maravilla con una gran historia de trashumancia es el emblemático crucero que vigila, pone orden, encanto a esta Plaza. Así, en 1941 se coloca en la Plaza de la Leña el que procedía de Caldas de Reis, en su día incorporado roto en varios pedazos y que Castelao recompuso provisionalmente para la realización de su estudio sobre As cruces de pedra na Galiza.
Cruceros de nuestra meiga tierra,
Símbolo de poderío y límite de potestad.
Encierras niños no bautizados,
Expresando dolor, sufrimiento.
Limitas pasos y prebendas, cobrando
Peaje a libre criterio. ¡Dolor del arriero!
Señalas caminos, ofreciendo seguridad,
Guías a un feliz y destino de hermandad.
(Poesía: @Pedro de Lorenzo y Macías)
Pedro de Lorenzo y Macías.