Tribuna Viva
Malditos excrementos, peores dueños
Quería hablar de lo que, para muchas personas, es un problema bastante generalizado, y más en la zona donde vivimos.
El parque de Valdecorvos (Pontevedra) y sus alrededores se han convertido en un estercolero. Decenas de personas sacan cada día a pasear a su mascota y, no pocas, dejan sin recoger los excrementos que depositan las mismas.
Recientemente entró en vigor la Ley 4/17 de protección y bienestar de los animales domésticos de Galicia, que castiga con entre 100 y 500 euros la no recogida inmediata de las deposiciones de las mascotas. Sin embargo, mientras no se realice una aplicación más o menos rigurosa de la ley, estos dueños de los perros continuarán con su manera de actuar incívica, no respetando a los demás.
Recientemente he leído en el diario La Región que O Barco tomará muestras de ADN de las cacas de los perros, a fin de multar a aquellas personas que no recogan los excrementos de manera inmediata, tal y como indica la ley. La Ley de O Barco, da un máximo de 6 meses para realizar un registro de todos los perros, guardando una muestra de ADN que identifique al infractor .
La ciudad de los peatones, como es conocida Pontevedra, resulta ser la ciudad en donde esos peatones tienen que esquivar las cacas para poder andar. Había pensado en enviar infinidad de fotos con excrementos, pero cualquiera que se dé una vuelta por aquí, verá de lo que hablo... tanto en la acera como en el parque de Valdecorvos. Por cierto, el parque no es un parque canino y hay mucha gente a la que se le olvida porque sueltan a sus perros de sus correas. Después, los niños, pueden coger infecciones por jugar, pisar, y caerse en donde no deberían suceder estas cosas, además de la inseguridad que crea ver un perro sin su correa, algunos de raza peligrosa.
Esto no es algo que suceda solo en Valdecorvos, porque en el céntrico parque de Barcelos no sería la primera madre que vemos horrorizada de camino a casa con su hijo tras haberse manchado el niño de excrementos de perro, incluso al lado de las señales que prohiben el paso de estas mascotas.
Lo peor, es que los dueños de las mascotas se sienten atacados cuando se les dice que hagan el favor de recoger lo que han dejado atrás sus peludos.
La idea de O Barco me parece estupenda, la cual propongo... y por eso escribo a este periódico, para hacer eco del problema que existe con los excrementos de los animales de compañía y hacer un llamamiento al civismo y a la regulación efectiva, es decir, no basta con legislar, hay que poner los medios necesarios para que se produzca el cese de este comportamiento.
Gracias por el valioso tiempo empleado en leerme.
Carlos Quinteiro