José Benito García Iglesias
Un "Todo" en Villa Pilar (Continuación)
Como ya hemos visto, desde 1905 la casona de Villa Pilar ocupa su espacio en la vida de nuestra ciudad y desde entonces forma parte de nuestra pequeña historia.
La que fue mansión familiar del prócer pontevedrés Manuel Martínez Bautista (según parece fue el autor de los planos de este edificio, pues así se expone en una entrevista que realizó en 1910 para Vida Gallega), fue sufriendo a lo largo de los años la transformación de parte de sus dependencias y después de albergar diferentes organismos llegamos al año 2015, y en el mes de noviembre, el arquitecto Mauro Lomba y su proyecto Nemonon toman posesión de la primera planta del inmueble y le dan una nueva vida a la vetusta mansión indiana.
Es el inicio de un proyecto sobre un espacio multidisciplinar creativo en torno a la arquitectura, donde bajo el epígrafe de Nemonon (la negación de la nada, en latín, o lo que es lo mismo, el "Todo"), se proyecta un espacio donde tienen cabida todas las artes y donde entran en juego todos los sentidos.
En una época en la que los oficios casi han desaparecido, Mauro Lomba interpreta la arquitectura como un oficio y como si de un artesano se tratara busca, no solo proyectar y construir, sino observar el entorno, escuchar la naturaleza e hilvanar la técnica, las artes y los sentidos.
Se trata de un nuevo "Hombre del Renacimiento" quien por encima de todo mantiene una renovada afirmación de la naturaleza humana, de los valores del hombre en diversos campos: de las artes, de las ciencias, de la vida cotidiana… Un verdadero humanista versátil y creativo.
Nos ofrece pues un espacio lleno de luz y de encanto situado en el corazón de Pontevedra en donde se gestiona cualquier evento que se quiera realizar, ya que en su espacio único y exclusivo tienen cabida diferentes disciplinas creativas como la arquitectura, la pintura, el diseño, la moda, la música, la gastronomía, la literatura y todo lo que se nos pueda ocurrir alrededor de las artes y los sentidos. Además, en sus tres salones: Boiserie, Belle Époque y Belvedere, y en "La cocina del arquitecto", tienen también acogida otros eventos como reuniones, seminarios, charlas, exposiciones, talleres, cursos…
Realmente un "Todo" dentro de un maravilloso entorno y en un edificio de los más emblemáticos de nuestra ciudad. Una iniciativa que se merece el mayor de los elogios.
Si siempre nos estamos quejando que Pontevedra es una ciudad que se ha dormido y se sigue durmiendo en los laureles, es digno de admirar que alguien, no una institución, ni una asociación, sino un particular, un ciudadano sin ningún apoyo externo tenga la suficiente sensibilidad y capacidad creativa para poner en marcha un proyecto de este tipo y al mismo tiempo tenga la suficiente generosidad de facilitar a quienes también tienen esas inquietudes creativas que puedan acceder a un espacio que le permita exteriorizar esas efusiones culturales.
Si don Manuel Martínez Bautista, gran filántropo, regresase por un instante de su reposo eterno en Brooklyn y se pasase a visitar su antigua morada en la "Boa Vila", por cierto, la primera edificación de nuestra ciudad en utilizar hormigón como material de construcción en sus balcones, se quedaría más que orgulloso y satisfecho de que alguien fuese también pionero en crear un espacio multidisciplinar con capacidad para todas las artes y todos los sentidos en el que fuera el caserón de sus sueños.