José Benito García Iglesias
La farmacia más antigua de Pontevedra
Cuando pretendemos dilucidar que edificio o que construcción es la más antigua de nuestra ciudad, siempre nos encontramos con el mismo problema y es que no se conserva la documentación o la información correspondiente que nos permita esclarecer dicho asunto y por lo tanto solo podemos hacerlo de una manera global, en la que entrarían un ramillete de unas cuatro o cinco edificaciones que podrían llevarse ese honor.
No sucede así con el caso que nos ocupa, pues en lo referente a las farmacias de nuestra ciudad sí que parece que está claro cuál es el establecimiento que se lleva la palma en esta cuestión.
Al final de la calle San Román colindando con la Plaza de la Verdura, se encuentra la antigua farmacia de Eiras, nombre que todavía se mantiene en el rótulo de su fachada, más tarde propiedad de don Antonio Puig Gaite, y en la actualidad su titular es el Ldo. José Luis Domínguez. Es esta farmacia la que podemos considerarla como la más antigua de la ciudad.
Si bien hay un documento de febrero de 1872, donde ya aparece mencionada la farmacia, no es hasta el 22 de diciembre de 1876 cuando se produce la inauguración oficial por D. Enrique Eiras, quien fue el primer titular de la misma.
Don Enrique falleció el 14 de febrero de 1927, y sobre finales de los años treinta o principios de los cuarenta del pasado siglo pasa a ser propiedad de D. Antonio Puig Gaite, sobrino de don Enrique Eiras. Don Antonio fallece el 3 de mayo de 1993, aunque unos años antes, desde el 1 de abril de 1984 y hasta el día de hoy su titular es D. José Luis Domínguez Gómez.
Nos encontramos ante toda una institución farmacéutica en la ciudad que a pesar del transcurso de los años todavía mantiene su estructura inicial y el encanto de antaño, una verdadera joya que la hace única en nuestra ciudad.
Junto con la farmacia los mancebos que ha tenido han sido otra "institución". Desde los tiempos del señor Portas, mancebo en tiempos de Eiras, don Gonzalo Dacosta Esperón, desde 1940 hasta 2008 y Rogelio, más conocido como "Lucho", que desde 1966 ocupa el cargo hasta la actualidad, son el fiel reflejo de lo que antaño se conocía como mancebo de farmacia, hoy en desuso y sustituida la denominación por la de auxiliares de farmacia.
Variadas son las anécdotas de este establecimiento, tanto del inmueble en sí como de sus mancebos, destacaremos que la farmacia tuvo su protagonismo en la serie de TVE, "Los gozos y las sombras", emitida en 1982 y basada en la novela homónima de Torrente Ballester.
Sucedía también que cuando se vivía la época álgida de la venta de verduras y hortalizas en la plaza, era muy común que los vendedores se acercasen al establecimiento para que les dejasen pesar las patatas en la báscula de la farmacia, cuestión a la que accedían de forma gratuita, pero llegó a ser tan cotidiano que tuvieron que aplicar las mismas tarifas que si lo hiciese una persona.
Una anécdota graciosa ocurrida con un cliente y uno de los mancebos fue la siguiente:
Hace ya bastantes años, cuando adquirir preservativos en la farmacia era una cuestión delicada y que se realizaba de forma muy discreta, había un cliente, persona muy conocida en la ciudad, de mediana edad y posición muy respetable, que siempre esperaba a que se atendiese a todos los clientes, en su mayoría mujeres, para poder solicitar sus profilácticos.
Como a veces la espera se alargaba una hora o más, el mancebo le propuso una solución para salir del paso cuando la farmacia se encontrase abarrotada de gente y él no tuviese que pasar cierta vergüenza ni las mujeres se ruborizasen ante la petición.
Así que le dijo que siempre que fuese a comprar preservativos le hiciese cualquier comentario absurdo, sin sentido, y él ya se daba por enterado del artículo solicitado. Llegado a tal acuerdo se presentó en la farmacia, tiempo después, para adquirir sus preservativos, y con la farmacia abarrotada de gente, mayormente mujeres, le llegó su turno y cuando el mancebo le preguntó que deseaba, él cliente le espetó: "Volverán las oscuras golondrinas". A lo que el mancebo replicó: "En bandadas de a seis o de a doce".