José Benito García Iglesias
Los médicos de pobres (segunda parte)
Eminente cirujano, ejemplar funcionario y benefactor de los humildes. Así, con esas tres características, se podría sintetizar la enorme figura del doctor D. Enrique Marescot Iglesias.
Nació el 13 de diciembre de 1879, en la vivienda familiar situada en el número nueve de la Rúa Alta, en el seno de una familia humilde, siendo el mayor de tres hermanos.
Estudió la carrera sin libros, pues la precaria economía familiar no le permitía el poder adquirirlos, aún así trabajó como auxiliar en el Hospital para costearse la carrera y su hermano Patricio le facilitaba los apuntes.
Cuando abrió su primera consulta, el primer paciente y los que le siguieron eran de A Moureira, prácticamente toda A Moureira acudía a su consulta privada, en aquella época no existía la Seguridad Social y para las clases más desfavorecidas suponía un esfuerzo económico muy grande el poder costearse los gastos médicos. Muchas veces llegaba a su casa sin haber cobrado un duro, sabía de la pobreza extrema de muchos de sus pacientes y en pago a su atención solo recibía presentes (huevos, pescado, legumbres, etc.) provenientes de gente humilde y pobre, pero hondamente agradecida, que entregaba en pago lo poco que tenían que era el fruto de su duro trabajo.
Por encima de todo estaba su faceta humana y su estrecha vinculación con el barrio de A Moureira. Son muchos los recuerdos de su sencillez, de su gran amor al Hospital Provincial de Pontevedra, y de toda una vida entregada al cuidado y amor a los enfermos.
Esta dedicación a los enfermos es el aspecto que más destacan quienes lo recuerdan, primero como médico en el Hospital de la Beneficencia, hoy Hospital Provincial, y posteriormente al frente de su propio sanatorio que fundó el 8 de septiembre de 1926, y para ello requirió un gran desembolso económico que pudo llevar adelante gracias a un préstamo de su amigo Ernesto Paz.
En el desempeño de su labor en el Hospital Provincial siempre practicó una medicina de alta calidad, pese a los precarios medios con los que contaba. Así, por ejemplo, figura en los anales de la medicina como uno de los grandes pioneros en la utilización de la anestesia, considerado una eminencia.
El 12 de agosto de 1954 se celebró el día de su homenaje. Fue acompañado entre numerosísimo público y rodeado de autoridades civiles, militares y religiosas, desde la iglesia de San Francisco, donde se cantara un solemne "Te Deum", hasta los Jardines que llevan su nombre, frente a la Facultad de Bellas Artes y al lado de la Subdelegación del Gobierno, en donde está enclavado el monumento proyectado por el escultor pontevedrés Fernando Campo Sobrino y realizado por los canteros pontevedreses Hermanos San Martín. El busto, los relieves y el escudo son de bronce, la fuente y el pedestal de granito de Lourido, en la parte posterior del mismo se puede leer: "Al doctor Enrique Marescot Iglesias que consagró su vida a la cirugía y a la práctica del bien y de la caridad". Los relieves son tres, el primero representa la Medicina, el segundo a la Caridad y el último a la Fe. (Hoy bastante abandonado por desgracia).
En ese mismo acto, el gobernador civil, D. Elías Palao, le impondría la encomienda de la Orden del Mérito Civil, y el alcalde de Pontevedra, D. Juan Argenti, le haría entrega de la Medalla de la Ciudad. También fue merecedor de la Medalla de Plata de la Diputación Provincial. Incluso le fuera concedida la Cruz de Mérito de la Orden del Águila alemana, en agradecimiento por su intervención que salvó la vida de un marinero de una escuadra alemana que se encontraba en Marín.
De todo este reconocimiento lo que más complacía y llenaba de satisfacción a D. Enrique era el hecho de que fueron los pontevedreses quienes sufragaron el monumento, en agradecimiento de su labor y entrega y, en particular, el barrio de A Moureira fue uno de los que más aportaciones hicieron para el monumento, como muestra del enorme afecto y cariño que le profesaban.
A su muerte, acaecida el día de San Patricio, el diario madrileño ABC reseñaba el acontecimiento en su tirada matinal del 25 de marzo de 1962: "…sobresalió sobre todo en el ejercicio de la cirugía y la beneficencia, entregado de lleno a la medicina y a la caridad. Sus innumerables condecoraciones y honores contrastaban con su extrema modestia. Su entierro fue un acto de fervor popular".
(Continúa…)