Manuel Pérez Lourido
Musculatura cerebral
"Músculos de hierro a partir de los 40". Lo lees y entran ganas de reir. O de llorar, ahora no me acuerdo. Lo mismo que cuando te enteras de lo de la mafia madrileña que escondía el partido que nos gobierna, aunque tal vez fuese que ellos no se habían enterado... y tampoco sabes qué es mejor, si reír o llorar.
A ver, a partir de los 40 los músculos no puede ser de hierro ni en sentido metafórico ni en ningún otro. Hay que conformarse con tener el corazón en buen estado, los triglicéridos en su sitio y poco más. Y empezar a pensar en hacer como Rajoy y echar a caminar. Esto se le debió ocurrir hace ya tiempo, cuando vio lo que había a su alrededor: en lugar de echar a correr se puso a caminar. Con la vista puesta en el mañana, que no terminaba de llegar. Mientras lo hacía, iban cayendo los presuntos como un castillo de naipes. En la acera de enfrente (esto antes no se podía decir porque tenía doble sentido, ahora ni los dobles sentidos se respetan) se pegaban un tiro en un pie un día si y otro también, que parecían Borbones.
Si te dicen que haciendo una dieta vas a ponerte como Maciste con cuarenta años, o sea, a tus cuarenta años, no a los de Maciste, no hagas ni caso. Te vas a gastar un ojo de la cara en comprar alimentos que no sabes ni que existían como quinoa y muesli y además te vas a morir de hambre.
Sin embargo uno acaba pensando que esa dieta u otra cualquiera, sí que podría venir bien para otros menesteres mucho más necesarios que lucir musculitos cuando lo que se está es en edad de lucir lentes para la presbicia. A nuestro país le vendría muy bien algún tipo de dieta que tuviera reflejo en el sentido común. Es decir, que potenciara la vigencia del sentido común a la hora de tomar decisiones. Nos gusta atiborrarnos de churrasco con sus criollos, de paellas con todo tipo de viandas, de fabadas, de marmitacos, de fuet, de cocidos, de guisos, morcillas y salsas y luego no hay forma de que el cerebro nos suministre un mínimo de lógica. Digo yo que debe de ser eso.